El Papa Francisco escribió una carta a su vicario para la Diócesis de Roma, Cardenal Angelo de Donatis, en la que anunció la donación de un millón de euros a Cáritas de Roma para establecer un fondo de solidaridad llamado "Jesús divino trabajador" (en italiano, "Gesù divino lavoratore") para quienes atraviesan mayores dificultades económicas debido a la pandemia.
"He decidido instituir en la diócesis el fondo 'Jesús divino trabajador' para resaltar la dignidad del trabajo, con una financiación inicial de un millón de euros", escribió el Santo Padre en la misiva firmada el 8 de junio, quien exhortó a todos a contribuir con generosidad y solidaridad a los de "la puerta de al lado".
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Este fondo "quiere ser un signo capaz llamar a todas las personas de buena voluntad a ofrecer un gesto concreto de inclusión sobre todo hacia aquellos que buscan consuelo, esperanza y reconocimiento de sus propios derechos", indicó el Papa.
"Mi pensamiento se dirige a la gran fila de trabajadores a jornada y ocasionales, a aquellos con contrato no renovado, a aquellos pagados por hora, a los becarios, a los empleados domésticos, a los pequeños empresarios, a los trabajadores autónomos, especialmente a aquellos de los sectores más golpeados… Muchos son padres y madres de familia que con cansancio luchan para poder poner la mesa para sus hijos y garantizarles lo mínimo necesario", afirmó el Santo Padre.
En esta línea, el Pontífice reconoció que el presente "tiempo de sufrimiento que estamos viviendo a causa de la pandemia, además de sembrar dolor y preocupación, está seriamente minando el tejido social de nuestra ciudad", señaló al referirse a la capital italiana.
Por ello, el Papa Francisco dijo que el retomar la normalidad comience "precisamente desde una obra que nos vea unidos sobre todo en afrontar los sufrimientos de aquellos que están más en los márgenes".
"Me gusta pensar que puede transformarse en la ocasión de una verdadera alianza a favor de Roma en la que cada uno, por su parte, se sienta protagonista del renacimiento de nuestra comunidad después de la crisis", confió el Papa, quien añadió que "la Iglesia en nuestra ciudad está presente y acompaña con su caridad a los débiles, y está lista para colaborar con las instituciones ciudadanas y con todas las realidades sociales y económicas".
En este sentido, el Pontífice invitó a "las instituciones y a los ciudadanos a compartir en modo generoso lo que tienen a disposición en este tiempo extraordinario y lleno de necesidades".
"Me dirijo al buen corazón de todos los romanos exhortándolos a considerar que en este momento no basta compartir solamente lo superficial" por lo que animó a vivir "la solidaridad de la puerta de al lado".
De este modo, el Santo Padre se dirigió también a los sacerdotes de la diócesis "a ser los primeros en contribuir en este fondo", y a promover con entusiasmo la generosidad de las personas de sus comunidades.
"La gracia de partir cada día el pan de la Eucaristía nos impulsa a 'hacer lo mismo' con nuestros hermanos y hermanas", pidió el Pontífice quien impartió su bendición e invocó a María, Salus Populi Romani, patrona de Roma, "fuerza, consolación y protección" para todos.