El 5 de junio la Diócesis de Cúcuta (Colombia) celebró tres años de la inauguración de la Casa de Paso "Divina Providencia", un importante sitio de caridad ubicado en la frontera colombo-venezolana que ha entregado más de 3.5 millones de raciones de alimentos a necesitados, especialmente a miles de migrantes del vecino país.
En un comunicado publicado este viernes, la diócesis relató que la Casa de Paso, ubicada en La Parada, Villa del Rosario, inició con una olla de caridad, pero "se convirtió en la vivencia profunda del Evangelio y los valores que inspira la Palabra" gracias a su obispo, Mons. Víctor Manuel Ochoa.
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"En este sitio se demostró que 'la caridad de Cristo nos urge', siendo una obra que se edificó con el anhelo de ayudar a los hermanos migrantes venezolanos y colombianos retornados, gravemente afectados por una crisis social, económica y política, proveniente del vecino país de Venezuela", señala el comunicado.
La Casa de Paso, desde sus inicios, ha brindado permanente acompañamiento espiritual, alimentación balanceada, atención médica, así como la entrega de medicina, atención psicosocial y jurídica gratuita con el apoyo de profesionales voluntarios.
En el primer año, con el apoyo de personas y organizaciones, entregaron 421.400 almuerzos, atendiendo diariamente a 1.500 migrantes. En el segundo año se alcanzó la cifra de 1.500.000 raciones entre almuerzos, desayunos y "repeles" atendiendo diariamente a 5.000 personas cada día, donde se les daba prioridad a los niños, mujeres embarazadas y adultos mayores.
"A sus casi tres años de servicio, el 13 de marzo de 2020, la Casa de Paso sumaba 3.530.520 raciones de alimentos, en esta fecha tuvo que cerrar sus puertas, cumpliendo con las normas dadas por el gobierno nacional, debido a la pandemia del coronavirus (COVID-19)", indica la diócesis.
"En la medida de lo posible se ayuda en las parroquias, con caridad, con mercados que llegan a través del Banco Diocesano de Alimentos", dijo el coordinador de la Casa de Paso, el P. José David Caña Pérez.
Mons. Ochoa, por su parte, saludó con gratitud a los colaboradores, voluntarios, "personas que con gran corazón nos han ayudado", y aseguró que aunque no se está trabajando directamente en la Casa de Paso, "la caridad sigue viva y esperamos poder nuevamente buscar las formas de ayudar a los hermanos migrantes de Venezuela".
A pesar de que la el centro de ayuda humanitaria no se encuentra funcionando de manera habitual, el P. Caña comenta que lograron preparar cerca de 300 almuerzos a lugares donde se encuentra la mayor cantidad de indigentes y personas en necesidad extrema.
El trabajo de la Casa de Paso, según indica la diócesis, no sería posible sin el apoyo del Papa Francisco, los cucuteños, empresas, organizaciones internacionales como: Programa Mundial de Alimentos (PMA); Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); Cáritas Internationalis; Adveniat; Cáritas Colombia; Cáritas Española; la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos; Conferencia Episcopal Española; y la cadena radial española COPE.