El Presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, Mons. Mario Dorsonville, instó al Senado a que presente un proyecto de ley que ayude a los "dreamers" y a otros inmigrantes a obtener un camino hacia la ciudadanía.
Se conoce como "dreamers" ("soñadores") a los migrantes que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos como menores de edad y estuvieron durante un tiempo protegidos por la política migratoria de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), una orden ejecutiva de Barack Obama.
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Mons. Dorsonville, quien es también Obispo Auxiliar de Washington, emitió un comunicado el 4 de junio desafiando al Senado a reconsiderar la "Ley del Sueño y la Promesa Americana" (HR6).
"Hace un año, hoy la Cámara de Representantes aprobó la HR6, un proyecto de ley que ofrece un camino a la ciudadanía para los dreamers, TPS [NdR: quienes poseen el Estatus de Protección Temporal] y DED [NdR: sistema similar a TPS]. Hoy, lamentablemente, los titulares de dreamers y TPS siguen siendo vulnerables y sin estatus legal permanente", lamentó.
"Mientras esperamos una decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos sobre la legalidad de poner fin al programa DACA, nuevamente pedimos al Senado que siga adelante con la legislación que proporciona un camino a la ciudadanía para estas personas, que son esencial para nuestras comunidades, nuestra Iglesia y nuestro país", indicó el prelado.
El proyecto de ley, que había sido aprobado por la Cámara de Senadores el 4 de junio de 2019, busca que la ciudadanía norteamericana sea una opción más fácil para los "dreamer", niños traídos ilegalmente por sus padres; inmigrantes con estatus de protección temporal; y titulares de salidas forzadas diferidas.
Mons. Dorsonville dijo que la falta de certeza que enfrentan estos migrantes es un estrés particular durante la pandemia de coronavirus, ya que muchos de ellos trabajan en la atención médica u otros sectores que pueden exponerlos al virus.
"Esta continua incertidumbre para los titulares de dreamers y TPS llega en un momento durante la pandemia de COVID-19 cuando muchos de estos, junto con ciudadanos estadounidenses, están en primera línea proporcionando trabajo esencial para nuestro país en atención médica, suministro de alimentos y transporte. Por ejemplo, actualmente, más de 62.000 trabajadores, quienes son elegibles para DACA, están trabajando en el cuidado de la salud", dijo.
Si se convirtiera en ley, el proyecto de ley otorgaría de inmediato residencia legal a los menores elegibles 10 años. Con dos años de educación superior o servicio militar, o tres años de empleo, podrían recibir la residencia legal permanente.
En los casos de conflicto armado, desastres naturales u otras condiciones extraordinarias, TPS permite que las personas que no pueden regresar de manera segura a sus países de origen permanezcan en los Estados Unidos hasta que se resuelva el desastre. Los protege de la deportación y les otorga permiso para trabajar. TPS está disponible para personas calificadas de 10 países extranjeros, incluidos El Salvador, Honduras y Haití.
Del mismo modo, el DED protege contra la deportación de personas de países o regiones que enfrentan violencia política o desastres naturales, y les permite trabajar. Este estado actualmente se da solo a los liberianos.
Según el proyecto de ley, las personas con TPS o DED podrían solicitar la residencia permanente legal si han estado en el país durante al menos tres años y han pasado las verificaciones de antecedentes. Después de cinco años de residencia permanente legal, solicitarían la ciudadanía.
Hace más de un año, Mons. Joe Vásquez, Obispo de Austin, y el Cardenal Daniel DiNardo, de Houston, denunciaron un plan de inmigración alternativo de la administración de Donald Trump. El plan prioriza el estado de inmigración basado en habilidades más que en lazos familiares. No proporcionaría un estatus legal para los "dreamers" ni proporcionaría un camino claro a la ciudadanía para los titulares de TPS.
"Nos oponemos a las propuestas que buscan reducir la inmigración basada en la familia y crear un sistema de inmigración en gran parte basado en el mérito. Las familias son la base de nuestra fe, nuestra sociedad, nuestra historia y nuestro sistema de inmigración", indicaron en aquel entonces.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.