El Prefecto del Dicasterio del Vaticano para los Laicos, la Familia y la Vida, Cardenal Kevin Farrell, lamentó la división ideológica de cristianos ante el asesinato del ciudadano estadounidense George Floyd durante una vigilia de oración este viernes.
El Purpurado dijo que la Iglesia Católica debería estar unida en Cristo en respuesta al racismo y no tomar posiciones ideológicas.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Cuando la Iglesia hace resonar las palabras del Evangelio, quiere ser fiel a Jesús, pero no quiere ponerse de un lado contra el otro", aseguró el Cardenal Farrell el 5 de junio.
"Jesús dirigió su mensaje de salvación y misericordia a todos, sin excluir a nadie. Este simple hecho debería ser un gran atractivo para todos nosotros, que en su lugar a menudo hacemos distinciones basadas en la clase social, el estado económico, la raza o la afiliación política", agregó.
Además, dijo que cuando los católicos se distancian de aquellos que consideran "del otro lado", pierden de vista a Cristo y terminan "identificando la fe cristiana con la visión ideológica del lado que hemos abrazado".
El Cardenal Farrell dio estos comentarios durante una vigilia de oración por George Floyd y su familia en la Basílica de Santa María de Roma en Trastevere, a la que asistieron al menos 100 personas y que fue transmitida en línea.
El servicio fue organizado por la Comunidad de Sant'Egidio, una asociación católica laica. En un comunicado de prensa del 4 de junio, la comunidad dijo que los participantes rezarían por una "coexistencia pacífica" en los Estados Unidos, que ha sido sacudida por las protestas desde que Floyd fue asesinado bajo custodia policial el 25 de mayo.
La vigilia de oración incluyó himnos, la oración del Padre Nuestro y una lectura del Evangelio de Juan 14, 23-27.
El embajador de los Estados Unidos en la Santa Sede, Callista Gingrich, y el ex de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Newt Gingrich, estuvieron presentes, así como la embajadora del Reino Unido ante la Santa Sede, Sally Axworthy.
En su liturgia, el Cardenal Farrell enfatizó que una mentalidad de "nosotros contra ellos" entra en conflicto con las palabras de San Pablo en Gálatas: que no hay "ni judío ni griego, no hay esclavo ni persona libre, no hay hombre y mujer; porque todos son uno en Cristo Jesús".
"Volver a esta pureza del Evangelio se convierte en la mejor manera de promover el bien social, evitando visiones parciales e ideológicas", afirmó el cardenal.
Asimismo, instó a los católicos a no cerrar los ojos ante el racismo y la discriminación, lo cual "siempre será necesario combatir, porque el corazón humano siempre puede cerrarse en su egoísmo y volver a contaminarse en pecado".
Al condenar la violencia y la destrucción, también alentó a los cristianos a unirse en la construcción de una cultura de respeto. Dijo que "para nosotros los cristianos, también es un deber insistir en que los medios estén siempre en armonía con los fines".
"El saqueo y la violencia no conducen a nada bueno para el futuro", agregó.
"Por esta razón, nosotros los cristianos no debemos escondernos con miedo. Por el contrario: precisamente en este delicado momento de tensión social, debemos estar presentes para abordar el bien verdadero y duradero, el justo deseo de igualdad, respeto y justicia que está presente en el corazón de cada hombre y mujer", concluyó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.