El Arzobispo Emérito de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen, llamó a la gente a continuar la lucha contra la represión comunista china, como los miles de personas que desafiaron la prohibición de la administración de la ciudad de recordar a las víctimas de la masacre de Tiananmen en 1989.
En declaraciones a UCA News, el Purpurado dijo que la ley de seguridad nacional que el Parlamento de China aprobó para Hong Kong el 28 de mayo es una expresión de "dictadura" y "no es para el Estado sino para proteger al régimen".
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Según los informes, esta ley apunta a las manifestaciones prodemocráticas en Hong Kong. La administración de la ciudad, respaldada por Beijing, llama al movimiento prodemocrático una actividad terrorista, y la nueva legislación busca castigar crímenes como el terrorismo y la secesión.
"Hong Kong será otro Tiananmen", dijo el Purpurado, y agregó que la ciudad "simplemente no es capaz" de amenazar a la autoridad central de China. El Cardenal describió a Hong Kong como un cordero que espera ser sacrificado.
El Purpurado, un crítico abierto del Partido Comunista Chino (PCCh), dijo que el aniversario de la masacre del 4 de junio de 1989 debería inspirar a otros "a recoger las banderas" que cayeron de las víctimas en la Plaza Tiananmen, en la capital china.
Algunas iglesias en Hong Kong recordaron este aniversario con Misas y oraciones por los jóvenes que fueron asesinados en Beijing cuando China aplastó el movimiento prodemocrático liderado por estudiantes de 1989.
La conmemoración anual y "la oración en este día no es solo para llorar a los difuntos o consolar a sus seres queridos", sino también "para recordarnos que debemos recoger las banderas dejadas por los mártires ... y continuar su misión", dijo el Cardenal Zen en un blog.
A medida que el régimen comunista de China ha reforzado su control sobre Hong Kong, las autoridades de la ciudad negaron el permiso para llevar a cabo el programa que conmemora la masacre de Tiananmen. La excolonia británica era el único lugar en China donde este aniversario era permitido.
La Policía argumentó que la conmemoración podría aumentar el riesgo de infección por coronavirus y representar una amenaza significativa para la vida y la salud del público.
Sin embargo, decenas de miles desafiaron la prohibición de organizar una vigilia masiva de velas, después de derribar las barricadas alrededor del parque Victoria.
Lee Cheuk-yan, presidente de la Hong Kong Alliance in Support of Patriotic Democratic Movements of China, dijo a UCA News que "China está en la oscuridad, por lo que los chinos ya no pueden hablar sobre el 4 de junio". El movimiento organiza el memorial "para alentar a la gente en el continente" y "decirles que Hong Kong siempre dirá la verdad al mundo".
Dijo que la negación del permiso fue "motivada políticamente" y una amenaza para la libertad de reunión de Hong Kong.
El Cardenal Zen recordó en su blog que cuando en 1997 China tomó Hong Kong de manos británicas, acordó una política de "un país, dos sistemas", que permitía la democracia y la autonomía en la excolonia. La gente creía en la política, "pero pronto descubrimos que habíamos sido engañados", dijo.
El Cardenal citó varios movimientos hechos por el Partido Comunista y que erosionaron la autonomía de Hong Kong, como negar el sufragio universal a la población local y desconocer la legalidad del referéndum civil.
Lina Chan, secretaria ejecutiva de la Comisión de Justicia y Paz de Hong Kong, dijo que la represión política siempre ha existido.
"Este año la epidemia se ha utilizado para restringir la libertad de reunión, pero la situación empeorará cuando se promulgue la nueva ley de seguridad", dijo a UCA News.