La Vicaría Pastoral de Educación de la Arquidiócesis de Buenos Aires (Argentina) alertó sobre la difícil situación económica de los colegios católicos debido a la pandemia del COVID-19.
La emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19 obligó a suspender las clases presenciales y como consecuencia surgió el debate sobre la continuidad del pago de las cuotas de los colegios.
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El debate se divide en aquellas personas "que consideran que la modalidad de educación no presencial no merece el pago de una cuota escolar; y los que reclaman una rebaja del arancel entendiendo que las instituciones no están teniendo los mismos gastos que cuando abren sus puertas para recibir a los alumnos", informó la agencia de noticias católicas AICA.
Lo anterior tiene el trasfondo en la crisis económica, que bajo un régimen de aislamiento preventivo y obligatorio obliga a las familias a priorizar sus gastos y, por lo tanto, surgen las dificultades para pagar las cuotas de los colegios.
La Vicaría Pastoral de Educación precisó que la morosidad en abril se incrementó un 10% respecto de marzo.
El organismo que reúne a unas 255 entidades educativas católicas, de las cuales 68 dependen del Arzobispado de Buenos Aires, sostuvo que es fundamental "la cuota escolar para garantizar el aprendizaje durante el aislamiento, pero principalmente, para que las escuelas puedan abrir sus puertas cuando pase la pandemia y recibir a sus alumnos en las aulas".
Además, "gracias al esfuerzo de toda la comunidad" la Vicaría Pastoral de Educación asiste a "una importante población de alumnos de escuelas en zonas vulnerables".
"Nuestras escuelas están permanentemente activas y educando. Los docentes siguen desarrollando las actividades académicas a distancia. Esta continuidad pedagógica sería irrealizable sin el aporte sostenido de las cuotas familiares", afirmó el director de Asuntos Públicos de la Vicaría Pastoral de Educación de Buenos Aires, Alejandro Ceresa.
En la emergencia, "las escuelas han desplegado diversas medidas generalizadas de alivio económico y financiero respecto de los aranceles mensuales".
"Todo ello, según las posibilidades de cada institución, porque también contamos con el deber impostergable de preservar las fuentes de trabajo de docentes, no docentes, auxiliares y personal directivo, el pago de salarios o erogaciones ineludibles para sostenimiento del servicio de educación y los nuevos costos que la virtualidad ha impuesto", agregó Ceresa.
A su turno, el director Administrativo Legal de la Vicaría Pastoral de Educación de Buenos Aires, José Luis González, manifestó que es comprensible "la difícil situación por la que están atravesando las familias, es por ello que les agradecemos por el compromiso compartido: tanto de tiempos como de recursos".
"Por su participación más activa desde sus casas en el aprendizaje escolar de sus hijos e hijas. En especial, porque en este contexto su esfuerzo económico resulta imprescindible para la continuidad de la propuesta pedagógica y la sustentabilidad de nuestras escuelas", agregó.
"Buscamos el equilibrio de la economía de los docentes y personal en general, el de las familias y también del colegio que debe asumir todas sus responsabilidades, estamos todos en la misma barca", sostuvo González.