El Gobierno de Kenia premió a la religiosa Winnie Mutuku, de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, por su labor de dar comida a niños de la calle en medio de la emergencia por el coronavirus en el país africano.
Sor Winnie fue una de las personas que recibió el premio Uzalendo, cuya relación de ganadores fue anunciada el 1 de junio. El galardón se entregó a quienes ayudan al país a enfrentar la pandemia.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Fotos cortesía Sor Winnie Mutuku
La religiosa dijo que el premio "fue totalmente inesperado. No estamos haciendo nada especial en las calles con los niños. Todo lo que hago como hija de la caridad no merece un premio del Estado".
La religiosa es fundadora del proyecto Upendo Street Children que tiene como objetivo devolverles la dignidad a los niños de la calle, educarlos y reunirlos con sus familias de ser el caso.
En diálogo con ACI África en abril, la religiosa explicó los desafíos que afrontan los niños de la calle en la Diócesis de Kitale donde sirve, en medio del toque de queda que se caracteriza por la brutalidad de la Policía contra las personas a las que encuentra merodeando en las calles.
Un grupo de diez niños, por ejemplo, se ve obligado a esconderse en los bosques alrededor del pueblo ya que eso es mejor que estar en las calles.
"Nadie quiere ver niños en las calles. Cuando la Policía o una patrulla los ve durante el toque de queda los golpean mucho. Los niños que están en la calle se van al bosque durante la noche y vuelven con la luz del día", explicó la religiosa.
Acompañada por otros miembros del proyecto Upendo, la religiosa da comida a los niños los lunes, miércoles y viernes. Esos días les da alimento suficiente para el resto de la semana. Los martes y jueves Sor Winnie visita a los chicos que ha logrado reunir con sus familias.
El 2 de junio, contó la religiosa, pudo dar la comida en los recintos de la Catedral del Sagrado Corazón, donde los niños pueden comer bajo un techo y así no estar preocupados por la posibilidad de ser afectados por la lluvia. En algunas ocasiones también hay adultos a quienes también se les da alimento.
"Ahora solo podemos darle comida a los niños pero nuestro objetivo va más allá de la alimentación. Queremos transformar sus vidas, queremos darles una familia. Queremos impactar sus vidas porque creo que no pertenecen a las calles", resaltó la religiosa.
Sor Winnie dijo que su mayor deseo es ver a los niños de las calles de Kitale en un lugar de residencia permanente donde sean formados y educados.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI África