El presidente de la Conferencia Episcopal de Argentina, Mons. Oscar Ojea, alentó a recibir del Espíritu Santo y buscar con su ayuda la unidad, para superar el difícil contexto sanitario y social.
En un video mensaje, Mons. Ojea explicó que en el "día del nacimiento de la Iglesia" "es el Espíritu el que crea la armonía y al mismo tiempo la diversidad. Es la unidad en la diversidad".
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"En este momento tan difícil tenemos que estar muy unidos y cuidarnos mucho de no buscar la diversidad sin la unidad", indicó en el mensaje por Pentecostés.
De un lado "nos dividimos en pequeños grupos, en internismos, nos creemos mejores que los demás, no nos escuchamos y por eso no podemos trabajar juntos. Y a veces en el otro extremo, buscamos la unidad sin la diversidad, y entonces perdemos el sentido de la libertad", explicó.
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El también Obispo de San Isidro manifestó que "tenemos que aprender a escuchar de nuevo, para afrontar este tiempo nuevo y difícil que tenemos delante".
"Que el Señor nos conceda el don de la paz para poder atravesar lo difícil y poder buscar la unidad en la diversidad, como nos enseña el Espíritu. Ven Padre de los pobres te necesitamos ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz", concluyó.
En tanto, el Arzobispo de Mendoza, Mons. Marcelo Colombo, manifestó que a partir de la fiesta de Pentecostés en el contexto del COVID-19 se puede entender el "fenómeno de la universalización del dolor, la universalización del sufrimiento. No nos resultan ajenos los dolores de nuestros pueblos hermanos, de las provincias vecinas, de las culturas de otros continentes".
"Vemos con dramatismo las escenas de los noticieros: los médicos corriendo, vemos aquellos dramáticos momentos en que la humanidad, casi sin poder hacer el duelo, tiene que sepultar a sus muertos. En este momento universal de dolor que nos asiste, solo nos pueda hermanar también universalizando el lenguaje de la solidaridad y la caridad cristiana", alentó Mons. Colombo.
"Pentecostés desafía nuestra posibilidad de hablar el idioma del amor en Cristo, la solidaridad del Evangelio, la solidaridad de todos con todos".
"Vivimos un Pentecostés exigente en el cual queremos también nosotros abrir las puertas de nuestro corazón y, más allá del aislamiento social, preventivo y obligatorio, estar siempre atentos a las necesidades de los demás, saber conectar con esas necesidades y aportar aquella palabra, aquel consuelo, la fortaleza que tanto se necesita", insistió.
"Querida comunidad cristiana: nosotros somos testigos de una Iglesia abierta. Nuestros temores no deberían ser el COVID-19 sino el estar cerrados, encerrados, aislados entre nosotros. Abrir nuestros corazones, abrir nuestras culturas al lenguaje del amor es la propuesta y el desafío de Pentecostés", concluyó Mons. Colombo.