El Obispo de la Diócesis de Kumbo (Camerún), Mons.George Nkuo, anunció que el 31 de mayo, en la Solemnidad de Pentecostés, se reiniciarán las Misas diarias con presencia de fieles, pues en abril solo se habían restituido las Eucaristías dominicales.
El Prelado hizo el anuncio durante la Misa Crismal que celebró el 28 de mayo, pues aunque esta se celebra en Jueves Santo, fue pospuesta para evitar la expansión del coronavirus.
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Durante la Misa Crismal celebrada ayer, el Obispo de la diócesis africana señaló la necesidad de que los sacerdotes sean mensajeros de esperanza, especialmente, durante la crisis del coronavirus.
El Prelado indicó que su decisión de levantar la suspensión de las Misas diarias se basó en la esperanza de que todos colaboren para mantener las medidas de seguridad para evitar la propagación del COVID-19.
"Se aplicará una desinfección rigurosa y habrá un claro distanciamiento social en los asientos de nuestras iglesias", dijo Mons. Nkuo.
"Hemos vivido una crisis durante mucho tiempo y la gente puede perder la esperanza. El verdadero atractivo que tengo es que los ministros de Dios, los sacerdotes, sean mensajeros de esperanza", dijo el Obispo de Kumpo en la Misa celebrada en la Catedral de Santa Teresa.
"Como agentes de esperanza, nosotros los sacerdotes, en el espíritu del amor debemos esforzarnos por ampliar nuestro horizonte a aquellos a quienes ministramos. Debemos alentarlos a ser valientes, porque nuestro Señor Resucitado está con nosotros incluso en estos momentos", dijo Mons. Nkuo.
Si los sacerdotes demuestran este tipo de liderazgo que fomenta la esperanza al pueblo de Dios, los miembros de las respectivas congregaciones obtendrán "la capacidad de recuperarse de la crisis y seguir adelante", afirmó.
En la Misa que fue transmitida por Facebook participaron unos pocos clérigos y fieles de tres de los seis decanatos de la Diócesis.
Mons. Nkuo, también presidente de la Conferencia Eclesiástica de la Provincia de Bamenda (BAPEC), recordó a los sacerdotes que el compromiso que cada uno de ellos hizo durante su ordenación al sacerdocio fue significativo en estos tiempos difíciles.
"Durante un tiempo de crisis como este, los compromisos que hacemos en la ordenación son más importantes que nunca, especialmente, el llamado a ofrecer sacrificios eucarísticos diarios para nuestra gente, para el mundo y para nosotros mismos", dijo Mons. Nkuo.
"Nuestro llamado al Crisma significa, en esta crisis, estar con nuestra gente, alentarlos, llevarlos a casa, consolarlos con la Palabra y los Sacramentos", añadió.
El Prelado los llamó a reflexionar sobre lo que significa ser un sacerdote con las siguientes preguntas: "¿Quién soy yo en medio de esta crisis para nuestro mundo, para nuestra diócesis, para nuestra gente, para la parroquia donde yo estoy?, ¿servir?, ¿quién soy yo como sacerdote cuando se han limitado muchas de las oportunidades normales para la interacción pastoral y el ministerio con mi gente?".
La pandemia mundial "nos ha dado la oportunidad de mirar nuestro ministerio como sacerdotes a través de una nueva lente", afirmó Mons. Nkuo.
Añadió que los sacerdotes también deben reconocer que tal y como las personas están presionadas para enfocarse en otros elementos esenciales de la vida, "así también en nuestro ministerio somos invitados a fuerza de las circunstancias, a enfocarnos en un componente vital de nuestro servicio al pueblo de Dios".
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en ACI África.