Obispos de Europa y América reunidos recientemente en Tierra Santa dieron a conocer hoy un comunicado en el que deploran la imposición de impedimentos a los cristianos en territorio israelí y palestino e hicieron un llamado a poner fin a la política contra las personas y comunidades cristianas en el territorio.
Deploramos el hecho de que, a pesar de esfuerzos visibles, a algunos sacerdotes, seminaristas, religiosas, religiosos, y personal laico se le está negando o se les está poniendo impedimentos para la obtención de visados y de permisos de residencia para estudiar o trabajar en Israel y en los territorios palestinos. Éstos son auténticos impedimentos a las iglesias para que realicen su misión de servicio al pueblo de Tierra Santa” señalaron los Prelados reunidos en el Encuentro de Obispos de Conferencias Episcopales con la Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa.
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En la declaración final, los Prelados que mantuvieron reuniones en Belén y Jerusalén, señalaron que “esto es especialmente deplorable cuando el Estado de Israel y la Santa Sede acaban de recordar el décimo aniversario de los diez años desde la firma de su Acuerdo Fundamental”. Asimismo los Obispos expresaron su preocupación “por los avisos que se facilitan a los peregrinos por las autoridades israelíes a su llegada a Tierra Santa, dificultándoles la visita a áreas bajo control de la Autoridad Palestina, incluyendo muchos de los Santos Lugares de la fe cristiana”.
Los Obispos, reunidos bajo el lema “La Iglesia universal en solidaridad con la Iglesia de Tierra Santa”, afirmaron su “oposición a todo derramamiento de sangre” y manifestaron su pesar por la “falta de voluntad política” en la región y en la comunidad internacional por encontrar una “solución pacífica” a la crisis.
Asimismo, los Obispos reconocieron la presencia de “muchos signos de esperanza” como la “generosidad de la Iglesia universal y las expresiones de la solidaridad de los cristianos en Israel y en otras partes del mundo” y, sobre todo, “la vitalidad y el compromiso de la Iglesia de Tierra Santa, incluyendo las relaciones fraternales entre los líderes cristianos”.
Haciendo eco de las palabras del Papa Juan Pablo II en noviembre del año pasado de que “la Tierra Santa no necesita muros, sino puentes”, los Obispos señalaron el “efecto devastador del muro” que se está construyendo en territorio palestino. “Éste parece ser una estructura permanente, dividiendo a familias, separándolas de sus tierras de trabajo y de sus medios de subsistencia, y aislando a las instituciones religiosas” indicaron.
Al final de la declaración, las autoridades eclesiales, al tiempo que reconocieron lo esperanzador del “aumento pequeño pero notable en el número de peregrinos”, señalaron que “viajar y peregrinar es una muestra de la esperanza y de la solidaridad hacia los cristianos de Tierra Santa”.