Este jueves 28 de mayo los obispos de Venezuela publicaron una exhortación para llamar a una "concertación entre todos y un acuerdo nacional inclusivo" que salve al país de "la inmensa catástrofe nacional, material, institucional y social".

En su documento titulado "Se oye una voz de alguien que llora amargamente (Jer 31,15)" los obispos venezolanos afirmaron que "el país está cerca de una quiebra económica de grandes proporciones" de la que no "podrá salir" si es que "todo el pueblo no interpela definitivamente a las autoridades y al conjunto del liderazgo político, social y cultural, y se declara en emergencia nacional".

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"Es inaceptable que continúe la situación que vivimos", subrayaron, y luego añadieron que lo más urgente a la vista "de la inmensa catástrofe" en todos los ámbitos, es "una acción moral de gran calado, una sacudida ética y una convergencia político-social que nos encauce".

En ese sentido, los obispos recordaron que el cambio no se logrará "eliminando al que piensa diferente", sino "incluyendo en la búsqueda de soluciones concertadas a todos los factores políticos y a las distintas instituciones", y sumando un "nuevo clima espiritual y liderazgos renovados" que se alejen de la corrupción.

"La desunión y el perenne enfrentamiento agravan la situación y nos hunden más como pueblo", acotaron.

En ese contexto, los obispos llamaron "a un acuerdo nacional inclusivo de largo alcance que salve a Venezuela de la gravísima crisis en la que se encuentra sumergida y a iniciar procesos para rescatar y recuperar el país social, política y económicamente".

"Económicamente vemos al país a la deriva, sin planes económicos ante la posibilidad del cierre de empresas y que muchos trabajadores queden sin empleo; igualmente ocurre con los trabajadores de la economía informal que son la mayoría de ellos. Sin el sustento diario, habrá más hambre y sufrimiento en las familias", explicaron.

Luego resaltaron que "la insostenibilidad moral de la situación actual exige ese cambio radical".

"El mejor aporte que como ciudadanos podemos hacerle al país, es que desde nuestras instituciones sociales acompañemos la búsqueda de una salida (…). Esto implicará nuevos liderazgos políticos que enrumben al país hacia el progreso y se deslastren de ideologías asfixiantes y tóxicas que generan sufrimiento y muerte. Así la esperanza renacerá con disposición misericordiosa y samaritana", añadieron.

La crisis de Venezuela acrecentada por el coronavirus COVID-19

Al inicio de su extenso mensaje, los prelados recordaron que Venezuela vive momentos "muy problemáticos" debido a que comparten con el resto del mundo la grave situación de la pandemia de COVID-19, y por otro parte, "los estragos de los graves problemas económicos, políticos y sociales que se intensifican cada día".

"La presencia de la pandemia no ha hecho sino poner en evidencia las múltiples carencias que sufre el pueblo y la incapacidad de dar respuestas adecuadas a ellas, más allá de soluciones parciales, necesarias, pero insuficientes, pues los males hay que arrancarlos de raíz".

Por otra parte, explicaron que las medidas de cuarentena social y aislamiento "lograron frenar por un tiempo la cadena de contagio de la enfermedad", pero en la última semana, "ha aumentado alarmantemente el número de contagiados".

Los obispos reconocieron que la mayoría de la población tuvo "un gran comportamiento cívico" acatando las medidas sanitarias, sin embargo, se escucha "un inmenso clamor" de millones "sin recursos económicos, comida, medicinas, trabajo, servicios adecuados de electricidad, agua, transporte, gas doméstico y combustible".  

"Se hace necesario elaborar, lo más pronto posible, con la amplia participación de todos los sectores sociales, una hoja de ruta de levantamiento de la cuarentena que incluya la facilitación de la movilización de los trabajadores, la reactivación de la economía y del comercio, la apertura progresiva de los templos para las celebraciones litúrgicas, en el respeto a las normas sanitarias que aconseje la emergencia", exhortaron los obispos de Venezuela.

Recordaron, además, que "no se puede administrar la crisis solo como un arma de control social y político" donde se permita violaciones a los derechos humanos.

"El malestar de la gente por las múltiples carencias se ha expresado en diversas protestas que, en ocasiones, han sido reprimidas con violencia, pero no se puede contener el hambre con represión", acotaron.

Al final de su mensaje, los obispos venezolanos aseguraron que el Venerable Doctor José Gregorio Hernández, que será próximamente beatificado, los "alienta y anima a seguir el camino que él transitó como hombre, médico y cristiano comprometido con su pueblo".

"José Gregorio es un símbolo de unión del país y camino de esperanza. La Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, nos bendiga en la culminación de este mes de mayo dedicado a tantas devociones marianas e interceda ante Dios por el cese de la enfermedad y de la profunda crisis que vivimos", concluyeron.