El Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, Obispo Emérito de Hong Kong, alertó que las nuevas medidas de seguridad que China aprobó para esa región amenazan la libertad religiosa y otras libertades de los ciudadanos.
The Washington Post informó que la Asamblea Popular Nacional de China aprobó el 28 de mayo una resolución para imponer nuevas "medidas de seguridad" en Hong Kong que reconocen como delito lo que consideren "interferencia extranjera", actividades de secesión o subversión del estado de poder. Las normas también permiten que las fuerzas de seguridad chinas operen en la ciudad.
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En entrevista concedida a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, el Cardenal Zen dijo que le preocupa que las nuevas normas subviertan la libertad religiosa que disfrutan actualmente los creyentes en Hong Kong, algo que no sucede en China continental donde los cristianos son perseguidos por las autoridades.
"No hay nada bueno que esperar. Hong Kong ya está completamente bajo control. Dependemos de China incluso para el agua y la comida, pero nos ponemos en las manos de Dios", dijo el Purpurado el 27 de mayo.
Hong Kong es una región administrativa especial de China, lo que quiere decir que tiene su propio gobierno pero está bajo control chino. Fue una colonia británica hasta 1997 cuando fue devuelta a China bajo el principio de "un país y dos sistemas", lo que le permitió tener su propia legislatura y sistema económico.
La apertura de Hong Kong para con el resto del mundo, su transparencia en los negocios y la regulación bancaria, en contraste con China continental, la han convertido en un centro de negocios y finanzas internacionales.
La sesión de la Asamblea Popular Nacional comenzó el 22 de mayo. Luego de la votación del 28 de mayo, con 2.878 votos a favor y uno en contra, la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, expresó su apoyo a las nuevas medidas de seguridad.
La resolución no especifica los tiempos para que Beijing implemente las nuevas medidas, que se cree se darán a conocer en los siguientes meses, según señala The Wall Street Journal.
Las protestas lograron en 2019 rechazar algunas medidas como la extradición de criminales de Hong Kong a China. El fin de semana último, las protestas se dieron nuevamente por las medidas que acaban de aprobarse. Fueron menos numerosas por el coronavirus y por las tácticas de la policía que arrestó el 24 de mayo a 180 personas.
Muchos líderes católicos en Hong Kong como el Obispo Auxiliar, Mons. Ha Chi-shing, apoyaron públicamente las protestas.
El Cardenal Zen indicó que si bien muchos católicos en Hong Kong se oponen a las medidas de China, le preocupa que el Vaticano podría nombrar un nuevo Obispo para Hong Kong, cuya sede está vacante desde enero de 2019, que tenga simpatía por Beijing y no se manifieste a favor de la defensa de los valores democráticos.
"Incluso nuestra comunidad católica está dividida, ya que todos en Hong Kong deben tomar una postura. También las familias están separadas", lamentó.
Cuando CNA informó en enero de este año la decisión del Vaticano de nombrar al P. Peter Choy Wai-man como nuevo Obispo de Hong Kong, varios miembros del clero local y diversos laicos expresaron su preocupación por la cercanía del sacerdote al Gobierno comunista chino.
El Cardenal Zen dijo además que le preocupa que el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, insista en que el nuevo Obispo de Hong Kong "tenga la bendición de Beijing".
"Creo que la mayoría de los fieles, la mayoría silenciosa, cree que la autoridad está equivocada. Imagínese que en todos estos años, con la persecución incrementándose en China, con todas las crueldades, las brutalidades de la policía contra los jóvenes, no tenemos una palabra del Vaticano. Ni una sola", dijo el Cardenal chino.
"Confiamos en la ayuda del Cielo porque desde la perspectiva humana, no tenemos nada que esperar", dijo.
El 27 de mayo el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció que, a la luz de las acciones de China, ya no reconoce a Hong Kong como autónoma políticamente, un estatus que tenía bajo la regulación estadounidense desde 1992. Además, Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Canadá, emitieron una declaración conjunta en la que señalaron que las nuevas medidas de seguridad son una violación de las obligaciones de China bajo el tratado de 1997, según señala The Wall Street Journal.
El Cardenal Zen indicó a CNA que los esfuerzos de Beijing para minar la autonomía de Hong Kong no lo sorprenden ya que el presidente de China, Xi Jinping, ya había puesto líderes en Hong Kong leales a él y al Partido Comunista.
"Ya no hay 'un país, dos sistemas'. China no se atrevió a decirlo con esas palabras exactas, pero los hechos están allí. Ahora van a legitimar todo lo que han estado haciendo", resaltó el Obispo Emérito de Hong Kong.
"Todo el mundo entiende que Hong Kong es muy útil para China por el intercambio de divisas y muchas otras cosas como la inversión de empresas extranjeras, y ahora, están listos para destruir todo. No podemos hacer nada porque Hong Kong es algo pequeño. China puede destruir todo a su gusto", dijo el Cardenal Zen a CNA.
"Creo que la comunidad internacional debe experimentar un deber moral para con esta ciudad, donde vivimos de acuerdo a los valores internacionales. Y también por su propio interés ya que la destrucción de nuestro sistema en Hong Kong no es bueno para nadie", prosiguió.
"No estamos en contra de la ley, solo queremos que esté bien formulada porque la ley que presentaron era contraria a todas las libertades", resaltó el Cardenal.
"No aceptaremos una ley hecha por un gobierno que no represente a la gente", subrayó luego el Purpurado.
"Nos prometieron elecciones democráticas pero no cumplieron sus promesas. En este momento no hay nada que sugiera una elección real y democrática. Yo creo que ahora Xi Jinping está bajo presión, de la comunidad internacional y dentro de China –sus enemigos en el gobierno– y así Hong Kong es como una espina en el costado y se quiere deshacer de eso", concluyó el Cardenal Zen.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA