El Patriarca de Babilonia de los Caldeos (Irak), Cardenal Louis Raphael Sako, señaló las similitudes entre la cuarentena actual y las condiciones de los discípulos antes de Pentecostés, y animó a fortalecer la fe con la ayuda del Espíritu Santo.
El Cardenal Sako envió una reflexión a AsiaNews donde medita sobre la Fiesta de Pentecostés, que tendrá lugar el domingo 31 de mayo.
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En el texto, el Purpurado señaló que hay similitudes entre los discípulos que esperaban en casa por "miedo a los judíos extremistas" y los católicos que actualmente se mantienen en el hogar por temor a contagiarse del coronavirus.
El Cardenal Sako agregó que el encierro por el que pasaron los discípulos fue una oportunidad para meditar y reflexionar sobre las enseñanzas de Jesús, y así madurar su fe y vocación. Por lo que animó a los fieles a superar el miedo y la ansiedad que puede traer el distanciamiento social y utilizar este tiempo para crecer espiritualmente.
"La crisis del coronavirus, aunque violenta, es pasajera y transitoria" y la humanidad ya ha experimentado "otras crisis violentas en el pasado, emergiendo más fuertes", resaltó.
Además, el Purpurado indicó que este periodo de cuarentena ha logrado un "retorno a la fe" y una necesidad de las personas a aferrarse a la "espiritualidad cristiana, la oración, el ayuno, al servicio de la caridad".
"Hay una Iglesia doméstica que madura, que se arraiga en la fe y el compromiso, y manifiesta el deseo de acceder a la comunión y la reapertura" de los lugares de culto, añadió.
El Cardenal Sako resaltó que las personas actualmente están llamadas a regresar a la fe y los valores cristianos, creando relaciones familiares y compromisos sociales saludables, siendo guiados por el Espíritu Santo, quien ilumina el camino para poder evaluar con una "mirada más completa y profunda" y así "superar la crisis con nuestra fe, nuestros valores, nuestra caridad y solidaridad".
Por otro lado, el Purpurado se dirigió a la comunidad internacional y pidió a los gobiernos "proporcionar alimentos, medicinas y servicios" a las poblaciones vulnerables, en vez de preocuparse por la fabricación de armas y controlar la economía mundial.
El Cardenal Sako indicó que esta oportunidad es propicia para "mejorar la solidaridad humana" y fortalecer los principios de "misericordia, amor, paz, respeto, justicia" sin sesgar por la religión, color, o cultura de las personas.
El Purpurado llamó a "tomar en serio los desafíos del coronavirus" para "un cambio cultural, económico y social".
"Debemos preocuparnos por el extremismo y cada pensamiento que impulsa la violencia" para poder continuar en el camino común de "amor, tolerancia, convivencia y defensa de los derechos humanos", concluyó.