La Secretaría de Culto de la Nación de Argentina elaboró un protocolo sanitario para que las personas puedan recibir asistencia espiritual y acercarse a orar a las iglesias sin riesgo de contagio por COVID-19.
El gobierno argentino emitió el 15 de mayo un decreto para ampliar la realización de actividades y servicios en zonas de bajo riesgo de contagio, lo que incluye a "iglesias, templos y lugares de culto", excepto los ubicados en la capital federal de Buenos Aires y departamentos donde se concentran una gran cantidad de contagios.
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Días atrás la Comisión Ejecutiva del Episcopado sostuvo una reunión con la Jefatura de Gabinete de Ministros del Gobierno de Alberto Fernández para dialogar sobre el tema.
La Comisión ratificó su intención de que se concretara "siempre teniendo en cuenta las disposiciones sanitarias".
"En cuanto a la celebración con participación de los fieles, cuando llegue el momento adecuado para las mismas, se acordó ir trabajando en la elaboración de los protocolos litúrgicos y sanitarios correspondientes", agregó la comisión.
El protocolo de la Secretaría de Culto señala que "no está permitida la aglomeración de la feligresía y membrecía" y se mantienen suspendidas las ceremonias, celebraciones, Misas y "actos de culto que impliquen la concurrencia multitudinaria de personas".
"Los lugares de culto pueden permanecer abiertos siempre y cuando sea para que los feligreses y miembros" reciban asistencia espiritual.
Lo anterior debe ser "con acuerdo previo con el ministro de culto, y realizar oraciones individuales, atendiendo a las disposiciones sanitarias vigentes y tomando los recaudos necesarios de distancia e higiene".
La Secretaría de Culto también solicitó que los fieles concurran a los templos cercanos con tapaboca o barbijo.
Las iglesias podrán abrir a las 9:00 a.m. y cerrar a las 4:00 p.m. Allí se permitirá la presencia del "ministro de culto, un auxiliar de limpieza y un auxiliar a la entrada que limite la cantidad de ingresantes" es decir, "un máximo de diez fieles".
Asimismo, se debe disponer de una puerta de ingreso y otra de salida para "evitar entrecruzamientos" y "trapos de piso mojados con agua con lavandina, que se renovarán cada hora para desinfectar el calzado de los asistentes".
En la puerta de entrada una persona debe controlar el "número de ingresantes de acuerdo a la capacidad del espacio". Además colocará alcohol en gel a las personas.
En el interior se debe respetar "la distancia mínima de dos metros entre las personas" y no más de una persona por banca. De ser necesario se deben quitar bancas para cumplir esta normativa.
"Para hacer respetar las normas de distanciamiento social" se deben colocar señaléticas en el suelo y en los bancos; y "recomendaciones de higiene y recordatorios de que no está permitido tocar ni manipular objetos, superficies e imágenes".
Además, cada lugar debe contar con "al menos una persona que se encargue de la sanitización del lugar. La misma deberá controlar que se respeten las distancias y se higienice el espacio y los objetos. Una vez cerrado el templo, se procederá a la desinfección".