La gobernadora de Nuevo México, en Estados Unidos, determinó aplicar a las iglesias los mismos criterios de reapertura de las empresas minoristas, las cuales podrán reabrir al 25% de su capacidad durante esta etapa de la pandemia de coronavirus.
"Grandes noticias de Nuevo México en un caso de libertad religiosa: el Estado le dijo a un juez federal que ahora permitirá que las casas de culto tengan el mismo porcentaje de personas en servicios de adoración que los minoristas [estatales]", tuiteó el 16 de mayo Montse Alvarado, vicepresidente y director ejecutivo de Becket, una firma de abogados que defienden la libertad religiosa.
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Becket presentó un escrito de amicus curiae en el caso de Legacy Church de Albuquerque contra la orden de salud pública del estado; es decir, que emitió voluntariamente su opinión a fin de colaborar con la corte en la resolución de la materia objeto del proceso.
La gobernadora de Nuevo México, Lujan Grisham, cerró negocios no esenciales el 24 de marzo y prohibió las "reuniones masivas" de cinco o más personas en el estado. Las iglesias estaban inicialmente exentas de la prohibición, aunque las diócesis católicas suspendieron las Misas públicas a fines de marzo para ayudar a frenar la propagación del virus.
El Sábado Santo, 11 de abril, Grisham extendió la prohibición de "reuniones masivas" para incluir lugares de culto.
El 15 de abril, Mons. Peter Baldacchino anunció que la Diócesis de Las Cruces reanudaría las Misas públicas, siendo la primera diócesis católica de los Estados Unidos en reabrir las iglesias durante la pandemia. El obispo permitió que se ofrecieran Misas al aire libre de manera espaciada o dentro de las iglesias con menos de cinco personas presentes.
Mons. Baldacchino también fue uno de los cuatro obispos que coordinó la reapertura de iglesias con funcionarios de la Casa Blanca y los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos el 28 y 29 de abril.
Legacy Church en Albuquerque realizó una demanda por la política estatal del 11 de abril, diciendo que se requerirían más de cinco personas en la iglesia para transmitir servicios en vivo y para sus celebraciones.
El 13 de mayo, la gobernadora Grisham permitió que algunas empresas minoristas en el estado reabrieran al 25% de su capacidad, pero las iglesias tenían un 10% de capacidad para servicios religiosos y reuniones.
Legacy Church presionó al estado sobre este asunto, diciendo que pequeños grupos como los estudios bíblicos y los grupos de apoyo para adicciones no podían reunirse en la iglesia bajo las restricciones vigentes.
El sábado, el estado modificó sus restricciones de emergencia de salud pública, permitiendo a las iglesias abrir sus puertas a liturgias y reuniones al 25% de su capacidad, al mismo nivel que muchas empresas minoristas.
"Tan recientemente como ayer, el estado dijo que las iglesias solo podían tener una ocupación del 10%, menos de la mitad de lo que obtienen las empresas no esenciales", dijo Alvarado a través de Twitter. El estado "finalmente cedió, en lugar de tener que explicar otro problema de la Primera Enmienda en la Corte".
El caso fue uno de los muchos presentados por las iglesias de todo el país contra las restricciones estatales o locales de salud pública para las reuniones religiosas.
El fiscal general William Barr dijo que los estados tienen la autoridad de restringir las libertades temporalmente durante una emergencia de salud pública.
Sin embargo, las restricciones deben aplicarse de manera imparcial y no pueden "singularizar" a las iglesias por responsabilidades a las que no están sujetos los negocios como "salas de cine, restaurantes, salas de conciertos y otros lugares de reunión comparables", dijo en un comunicado el 14 de abril.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.