Una mujer que en 2017 se sometió a un aborto en Reino Unido ha presentado una demanda contra el Estado, porque afirma que no se habría realizado esta práctica si le hubiesen informado que su hijo de 23 semanas de gestación sentiría dolor durante el procedimiento.
"No me informaron que mi bebé sentiría dolor en el aborto o que tenía una posibilidad razonable de sobrevivir si hubiera nacido. Si me hubieran dicho esto, no habría abortado", asegura Ana Maria Tudor, actualmente con 32 años, en el sitio web que ha lanzado para reunir el dinero necesario para llevar adelante la demanda.
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"Presento este caso legal para garantizar que las clínicas proporcionen a las mujeres toda la información necesaria para tomar una decisión que les cambia la vida. No recibiré ninguna compensación", agrega.
"En la clínica pedí ver el ultrasonido del niño y me dijeron que esto no era posible y cuando pregunté qué implicaba el procedimiento, me informaron que se trataba simplemente de tomar un anestésico general y que despertaría después del procedimiento", relata Ana Maria.
"Como resultado de mi experiencia, he sufrido una depresión significativa. Quiero asegurarme de que otras mujeres en mi lugar reciban la información necesaria para que no se arrepientan de tomar una decisión equivocada", resalta la joven.
En recientes declaraciones al programa EWTN ProLife Weekly, el abogado de Ana Maria, Paul Conrathe, explicó que están solicitando que "la institución nacional que orienta a médicos y personal de la salud en cuanto a los lineamientos clínicos, los actualice para asegurar que estos profesionales proporcionen información adecuada y precisa a las mujeres cuando consideran someterse a un aborto".
"En este momento estos lineamientos no exigen a estos profesionales decirle a la mujer que su bebé puede experimentar dolor cuando es abortado", precisó.
Los lineamientos que usa el National Institute for Health and Care Excellence (NICE), la institución a la que se refiere el jurista, fueron dados en el año 2010 por el Royal College of Obstetricians and Gynaecologists (Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos) "que dice de forma inequívoca que los bebés no nacidos no sienten dolor", dijo Conrathe.
El abogado precisó que Ana Maria "estaba indecisa y descubrió que estaba embarazada cuando ya tenía 20 semanas de embarazo y pensaba que no podía tener hijos. Al principio estaba contenta, pero sus circunstancias eran desafiantes y con una buena dosis de reticencia siguió con el proceso".
"Cuando iba a la clínica de abortos se encontró con un consejero provida que tuvo un gran impacto en ella, pero desafortunadamente siguió con el aborto. Después de todo me dijo que fue la peor decisión de su vida", explicó Conrathe.
Por su parte, el Dr. David Prentice, vicepresidente del Charlotte Lozier Institute en Kansas (Estados Unidos), afirmó que "esta mujer no fue informada completamente y lo cierto es que estos pequeños bebés, aún en el útero, sí sienten dolor desde muy temprano".
"Ahora que la ciencia se hace cada vez más clara, sabemos que al menos desde las 18-20 semanas (los bebés no nacidos) sienten dolor. Otras publicaciones indican que podrían sentir el dolor incluso desde la semana 12", dijo el experto a EWTN ProLife Weekly.
"Estos pequeños seres humanos merecen respeto y dignidad humana", subrayó.
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