En agosto pasado los adolescentes April y Rocky supieron que tendrían hijas siamesas y aunque les propusieron acabar con la vida de las niñas, decidieron que el aborto nunca sería una alternativa para ellos.
“La primera opción que le dieron a April era la de terminar con la vida de sus hijas”, relató su madre Marsha. April, inmediatamente dijo que “esa no era una opción”.
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Los bebés siameses se forman a partir de un solo embrión fertilizado que comienza a separarse en gemelos idénticos poco tiempo después de la concepción, pero esta división natural no concluye.
Las pruebas de ultrasonido revelaron a los esposos April y Rocky que sus hijas están unidas por el torso. Un especialista del St. Vincent Hospital en Indianápolis les dijo que aparentemente cada niña tiene su propio corazón.
April, que tiene siente meses de gestación, y su esposo llaman a cada una de sus hijas por su nombre. Stephanie Nicole está a la derecha y Rebeca Marie, a la izquierda. “Esa es la manera en que podemos rezar por cada una de ellas”, explica la abuela Marsha.
Los padres de April han apoyado en todo la decisión de su hija y Rocky de traer al mundo a sus hijas y compartir su historia con otros.
Cuando un amigo le preguntó a Rocky qué haría si sus hijas murieran, el respondió "no sé qué pasará, pero siempre vuelvo a la certeza que Dios tiene un plan. Y si mis hijas mueren, es parte de ese plan y algo bueno saldrá de eso”.