La Orden Ecuestre de los Caballeros del Santo Sepulcro ha creado un fondo especial para apoyar a las familias que padecen dificultades en Tierra Santa por las medidas tomadas por el gobierno para evitar el avance del coronavirus.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Israel tiene más de 16 mil casos confirmados de COVID-19 y 262 muertos debido al virus.
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Muchas familias en Tierra Santa sufren una aguda crisis laboral debido a las medidas tomadas por el gobierno para detener el avance de la pandemia, entre las que se incluyen la cuarentena y la cancelación de peregrinaciones.
Las familias cristianas que viven del turismo se han visto afectadas por la ausencia de peregrinos y por no poder salir a buscar nuevos empleos fuera del territorio.
En una conferencia de prensa en Roma este jueves 14 de mayo, el Gran Maestro de la Orden del Santo Sepulcro, Cardenal Fernando Filoni, indicó que este fondo responde a las solicitudes de ayuda enviadas por familias y escuelas a la orden.
El Purpurado señaló que han dirigido un mensaje a todos los miembros de la orden para pedir donaciones, con el fin de apoyar a las "miles de familias que no tienen trabajo y se encuentran en dificultades económicas" y no pueden pagar las "tarifas de las escuelas donde envían a sus hijos".
La emergencia sanitaria ha golpeado duramente a las familias, por lo que la orden ha decidido crear un fondo especial para apoyar a las familias cristianas y musulmanas que atraviesan problemas económicos en este tiempo de crisis y no pueden pagar las tasas escolares, y a las escuelas que forman parte del Patriarcado.
El Cardenal Filoni indicó que la respuesta de los 30 mil miembros de la orden ha sido generosa, y se espera que la colecta pueda aumentar cuando el círculo de donantes se expanda.
Recordó que los Caballeros del Santo Sepulcro no son "una orden meramente honoraria", por lo que, han decidido responder al llamado de solidaridad realizado por el Papa Francisco para este tiempo de pandemia.
El Prelado indicó que la emergencia sanitaria ha dado una oportunidad para tener actos de solidaridad concreta y para reflexionar sobre la forma en que "llevamos a cabo nuestras instituciones".
"Nos ha abierto más a la generosidad, a la atención a las necesidades de los demás. Y esto no debe descartarse, porque es un fruto positivo en medio de la negatividad de muchos otros aspectos que conocemos bien", concluyó.
