El Vaticano comenzó un proceso de limpieza y desinfección específico y exhaustivo de las Basílicas Papales para permitir las celebraciones a partir del próximo lunes 18 de las Misas con presencia de fieles minimizando el riesgo de contagios por coronavirus.
En la mañana de ayer, jueves 14 de mayo, los representantes de las Basílicas Papales de Roma –San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor– mantuvieron una reunión promovida por la Secretaría de Estado del Vaticano para estudiar los aspectos de la segunda fase de la emergencia sanitaria causada por la pandemia de coronavirus en Italia.
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En esta segunda fase se prevé que, a partir del próximo lunes 18 de mayo, se retomen las Misas con la presencia de los fieles. Aunque se trata de una medida que afecta a las iglesias en territorio italiano, el Vaticano, al igual que ha hecho desde el inicio de la crisis, está coordinando sus medidas sanitarias con las autoridades italianas, por lo que se están preparando para la participación de los fieles en las Misas celebradas en las basílicas papales, de soberanía vaticana.
Según un comunicado difundido por la oficina de prensa de la Santa Sede, durante la reunión de los representantes de las Basílicas Papales "se ha compartido la necesidad de adoptar medidas adecuadas para garantizar la seguridad de los fieles, como la medición de la temperatura mediante termoescaner al menos dos veces en cada celebración festiva".
El proceso de desinfección "implica una serie de fases", explicó a Vatican Media el subdirector de la Dirección de Sanidad e Higiene del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli.
En primer lugar, "es necesario hacer la limpieza clásica solución con los habituales detergentes, jabones y agua. A continuación, es necesario usar las sustancias que son, como en este caso hoy, nebulizadas sobre las superficies".
"Todo ello tiene el objetivo de reducir significativamente la cantidad de carga bacteriológica y viral sobre toda la superficie", aseguró.