En declaraciones a la emisora católica Radio Eclesia, un representante de la diócesis de Cabinda, Angola, denunció que “la población continúa sufriendo graves abusos por parte de las Fuerzas Armadas”.

Según informó la organización internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), desde que comenzó la guerra se ha denunciando casos flagrantes de abuso contra los derechos humanos y nadie ha sido encontrado responsable.

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“La guerra continúa en Cabinda, contrariamente a lo que el Gobierno quiere hacer creer a su gente”, agregó la fuente.

El año pasado, ACN lanzó en Portugal una campaña para denunciar la situación en Cabinda y apoyar la formación de sacerdotes y seminaristas en Angola.

Bajo el lema “La indiferencia es un crimen”, la campaña mostraba la cruda situación en el país africano “con varias ejecuciones, maltratos físicos y torturas, destrucción de casas e incendios de villas”.

Cabinda fue un protectorado portugués hasta 1975 cuando fue anexada por Angola luego de que el país logró su independencia de Portugal. Ese mismo año, los movimientos de liberación empezaron una guerra por la independencia de Cabinda, una región extremadamente rica en recursos de petróleo. Por lo menos 30 mil personas han sido asesinadas en los conflictos armados.