Una parroquia del West End de Londres ofrece a las personas sin hogar adoración Eucarística, acceso a los sacramentos y rezo del Rosario, junto con comida provista por un restaurante de cinco estrellas.
La iglesia de San Patricio en Soho, un área conocida por su vida nocturna y el barrio rojo, ofrece un ministerio dirigido a personas sin hogar, mientras que la capital lucha por hacer frente a la pandemia de coronavirus.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El párroco, P. Alexander Sherbrooke dijo que tenía "una fuerte sensación de que el Espíritu Santo está literalmente construyendo una iglesia en las calles" en respuesta a la crisis.
Cuando la ciudad comenzó a cerrarse a mediados de marzo, el Ayuntamiento de Westminster solicitó ayuda al P. Sherbrooke, quien supervisa el contacto diario con las personas sin hogar desde 2001, año en que llegó a la parroquia.
El sacerdote contó a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que el ayuntamiento le había pedido a la iglesia de San Patricio que aumentara significativamente su suministro de alimentos a indigentes mientras buscaba lugares donde alojarlos.
La parroquia, fundada en 1792, había alimentado previamente a las personas sin hogar en su centro parroquial; pero después de que las iglesias católicas de todo el país recibieron la orden de cerrar debido al virus, San Patricio se vio obligado a improvisar. Comenzó a servir comida para personas sin hogar en su puerta dos veces al día, de lunes a domingo.
"La mayoría de los días proporcionamos hasta 320 comidas. En promedio, probablemente vemos a 220 personas al día, algunas de las cuales vienen para el desayuno y la cena", explicó Sherbrooke.
El Connaught Hotel, un restaurante de cinco estrellas en el próspero distrito de Mayfair de Londres, les suministra comida caliente, así como el restaurante Wiltons en Jermyn Street. También la cadena Pret a Manger les ofrece sándwiches para la caridad.
"Es una operación muy sofisticada y tenemos la plena intención de ser diligentes en preservar el distanciamiento social, la higiene personal, la higiene de los alimentos, etc. Tenemos una buena cantidad de voluntarios. También continuamos brindando instalaciones para duchas y lavabos", dijo el sacerdote.
El P. Sherbrooke explicó que las personas sin hogar en West End viven de las afluencias generadas por negocios locales, restaurantes y teatros.
"No hay nada de eso ahora. Está increíblemente vacío y puede ser bastante intimidante, especialmente durante la noche".
"El West End tiene muchos que dependen del alcohol y las drogas y, sin su fuente normal de ingresos, esto puede crear una situación volátil. La policía está muy presente, pero el West End es muy inhóspito, a veces amenazante y no muy agradable", reconoció el presbítero.
Por otra parte, el P. Sherbrooke dijo que durante los 17 años en los que le ha dedicado gran parte de su tiempo a la atención pastoral de necesitados, "nada" lo "ha preparado realmente para dónde estamos en este momento".
Los voluntarios de la iglesia San Patricio están decididos a aliviar las privaciones espirituales y físicas. Mientras se distribuye la comida, rezan ante el Santísimo Sacramento bajo una carpa de adoración. El P. Sherbrooke, por su parte, está disponible para quienes requieren de un sacramento. También hay una carpa que ofrece lectio divina.
"Esta instalación de alimentación mejorada ha sido en gran medida una respuesta a la solicitud de la autoridad local. Tenemos una larga tradición de alimentar a la gente con alegría", dijo el P. Sherbrooke.
Además, el sacerdote, que cita a San Damián de Molokai y a la Madre Teresa como inspiraciones, dijo: "se está impartiendo un cuidado espiritual y pastoral, donde tengo la fuerte sensación de que el Espíritu Santo está literalmente construyendo una iglesia en las calles. Hay lectio divina, hay adoración. En otras palabras, una prolongación de la Santa Misa: confesión, Rosario, etc".
"Estamos evangelizando a la gente. Vamos a ellos, les hablamos, les damos rosarios y compartimos el Evangelio. Así que hay una verdadera obra de evangelización en curso", agregó
Los voluntarios también distribuyen una hoja cada semana con reflexiones, lecturas de las Escrituras y consejos sobre cómo orar.
"Así que hay una especie de catequesis para los pobres que está sucediendo. Hay una sensación muy real de que, en esta terrible situación de virus, Dios está creando un tipo de Iglesia muy diferente, mucho más evangélico y quizás más simple. Todo esto no ha sucedido a través de la administración, sino que creo a través de la providencia de Dios", dijo el P. Sherbrooke.
También señaló que, a pesar de los peligros actuales, los voluntarios sentían una fuerte sensación de protección sobrenatural.
En 2011, San Patricio reabrió sus puertas después de un proyecto de restauración de 4 millones de euros, que incluyó la excavación del sótano y la creación del centro parroquial, ubicado debajo de la iglesia. La comida para las personas sin hogar ahora se prepara allí todos los días.
"Es casi como si Dios hubiera creado esta parroquia para este trabajo en este momento", concluyó el P. Sherbrooke.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.