La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) elaboró un "Protocolo para el culto religioso en tiempos de la pandemia", donde se indica las medidas para la "celebración de la Eucaristía y de los demás sacramentos" cuando se haya levantado la cuarentena establecida por el Gobierno.
Frente al avance del coronavirus, el Gobierno del Perú declaró el 15 de marzo la cuarentena obligatoria a nivel nacional, prolongada hasta el 10 de mayo, junto con el toque de queda de 6:00 p.m. a 5 a.m. y la inmovilización obligatoria los domingos.
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Debido a la medida del Gobierno y el avance de la pandemia, la Iglesia en el país también suspendió las Misas públicas y cualquier tipo de actividad que congregue a los fieles, con el fin de evitar contagios.
En la búsqueda de cuidar la vida espiritual de los fieles, durante la cuarentena los sacerdotes están usando las redes sociales para transmitir la Santa Misa, y muchos de ellos han salido en procesión con el Santísimo Sacramento para llevar fe y esperanza al pueblo peruano.
Este es el caso del recorrido de siete horas que realizó Jesús Eucaristía por el distrito de San Martín de Porres, en Lima, o la procesión del Santísimo Sacramento por las calles de Piura, que fue recibido por los fieles como un regalo de Pascua realizado por el Arzobispo de la ciudad, Mons. José Antonio Eguren.
En el documento de fecha 4 de mayo, la Presidencia de la CEP indicó que, siguiendo la misión que Jesús les ha confiado, desean atender "la salud espiritual de los fieles" con la certeza que la dimensión espiritual "contribuye a la fortaleza en la prueba, a la fraternidad y a la vida social".
El seguir las medidas establecidas por el Gobierno durante la pandemia actual, "no niegan ni impiden la libertad de expresar nuestras convicciones religiosas que necesitamos ofrecer a Dios", señalaron.
El Episcopado subrayó que con la "finalidad de cuidar la vida y la salud espiritual de todos nuestros fieles", han desarrollado un protocolo donde se indica las medidas para la "celebración de la Eucaristía y de los demás sacramentos, las reuniones y actividades de las parroquias".
Estas se deberán desarrollar "observando las medidas de higiene y bioseguridad, en un marco de caridad y solidaridad", agregó.
El protocolo cuenta con tres fases de aplicación. La primera fase señala que "terminada la cuarentena, se permitirá a los fieles asistir a los templos para las celebraciones eucarísticas dominicales y diarias, pero no de manera masiva, sino en grupos pequeños de acuerdo al espacio del templo, guardando el distanciamiento social requerido" y observando las medidas dictadas en el protocolo.
La CEP indicó que los templos tendrán que estar "cuidadosamente desinfectados, limpios y ventilados", y se deberá desinfectar las "bancas, sillas y objetos litúrgicos" al final de cada celebración.
Se deberá "habilitar una alfombra húmeda con agua y lejía al ingreso del templo, para que los fieles" desinfecten sus zapatos de manera obligatoria, agregó.
Los obispos suprimieron el uso de agua bendita, e indicaron que "el copón, el cáliz y la patena deben estar cubiertos con una tela apropiada" durante la celebración de la Misa.
"La distribución de la Eucaristía se realizará en silencio", señalaron. "El sacerdote celebrante y sus ayudantes deben desinfectarse las manos antes de la distribución de la sagrada comunión y colocarse la mascarilla", agregaron.
"En las parroquias donde el sacerdote es un adulto mayor, se deben establecer ministros extraordinarios de la distribución de la sagrada comunión".
Además, pidieron a los fieles que se laven adecuadamente las manos o se las desinfecten con alcohol antes de ingresar al templo, eviten tocar y besar las imágenes sagradas, y durante el saludo de la paz, se use gestos que eviten el contacto directo.
Asimismo, "donde sea necesario, mientras dure la emergencia, se recomienda la realización del culto al aire libre, cuidando siempre la dignidad de los sacramentos", y contar con un solo cantor o músico durante las Misas.
La segunda fase permitirá las reuniones de "formación catequética y pastoral" siguiendo los criterios de organización y sanidad.
Finalmente, la fase tres contempla retomar la vida pastoral ordinaria, con el debido respeto a las medidas dadas por las organizaciones relacionadas a la salud, hasta que se encuentre una vacuna para el coronavirus.
En el documento, los obispos prorrogaron la dispensa del precepto dominical para todos los fieles "de edad avanzada, enfermos o en situación de riesgo", y animaron a permanecer en sus hogares, valorando la convivencia familiar.
Disposiciones para los demás sacramentos
La CEP indicó que, en consideración de la necesidad de la cercanía, los sacramentos del Bautismo, Primera Comunión, Confirmación y Matrimonios deberán seguir normas especiales, y de ser posible, pidieron su postergación, por lo menos, durante la primera fase del protocolo.
Tanto para el Bautismo y la Confirmación, la crismación deberá realizarse usando un algodón para evitar el contacto directo
En el caso del Matrimonio, los anillos y las arras deberán ser "manipulados exclusivamente por los contrayentes", y se pide prudencia al momento de las firmas y la entrega de la documentación correspondiente.
La Unción de los enfermos no podrá ser administrada por sacerdotes ancianos, e indicaron que en caso se deba dar este sacramento a un paciente de COVID-19, se debe tener las protecciones indicadas por las autoridades sanitarias.
"Para las exequias de difuntos, se seguirán los mismos criterios de la Misa dominical. Aunque sea difícil en esos momentos de dolor, insistir en evitar los gestos de afecto que implican contacto personal", indicaron los obispos.
La Confesión deberá realizarse manteniendo el distanciamiento social, en un lugar amplio y ventilado, pero que asegure la confidencialidad, y la mascarilla es de uso obligatorio.
El Episcopado indicó que las procesiones quedan suspendidas, igual que las visitas turísticas a los templos, y agregó que "cada obispo en su jurisdicción tiene la autoridad competente para normar más al detalle este protocolo".