El profesor católico pakistaní Anjum James Paul denunció que religiosos musulmanes están induciendo a los pobres a convertirse al islam a cambio de alimentos, en medio de la crisis provocada por la pandemia de coronavirus.
En declaraciones a la agencia vaticana Fides, Anjum James Paul, profesor católico de un instituto público de segundo grado en Lahore y presidente de la Pakistan Minorities Teachers' Association, denunció que religiosos musulmanes están aprovechándose de la desesperación de personas pobres para inducirlas a convertirse al islam a cambio de alimentos.
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"Algunas personas están explotando el bloqueo debido al COVID-19 y la desesperación creada por tantas personas pobres, para inducir una conversión religiosa al islam haciendo chantajes: 'Si quieres comida, conviértete en musulmán', dicen", denunció Paul. "Es una práctica escandalosa y alarmante que debe ser extirpada de raíz", afirmó.
Actualmente en Pakistán hay 22.049 casos de infectados con COVID-19, 514 fallecidos y 5.801 recuperados.
Asimismo, como representante de los docentes "pidió a todos los religiosos musulmanes que eviten esta vergonzosa forma de violencia y proselitismo", pues solicitar "la conversión religiosa a cambio de comida", lamentablemente "puede funcionar con los marginados y los más pobres de entre los pobres".
Además, expresó su aprecio hacia "todos los que sirven a la humanidad sin estos segundos fines" y pidió recordar que "hoy en día muchos países no musulmanes están ayudando a Pakistán".
Finalmente, afirmó que "en este momento de sufrimiento común, todos estamos llamados a amar, respetar y servir a la humanidad sin discriminación u otras razones".
En relación con las conversiones forzadas en tiempos de pandemia, en Pakistán se ha vuelto viral "un video en el que un religioso islámico expresa su alegría por la conversión al islam de algunos no musulmanes, que habían pedido ayuda alimentaria debido al impacto económico de la emergencia del coronavirus", señaló Fides.
En el video, el religioso insta abiertamente a todos los musulmanes que trabajan en la distribución de ayudas alimentarias que pidan a los beneficiarios que adopten el islam, y además, señala que "no debemos ayudar a los no musulmanes".
Esta situación "ha suscitado indignación y protesta en las comunidades de las minorías religiosas, especialmente entre cristianos e hindúes", señaló Fides.
La crisis del COVID-19 también ha afectado a las niñas de las minorías hindúes y cristianas en Pakistán, en relación a la práctica de "conversiones forzadas" a través de matrimonios forzados con hombres musulmanes.
De acuerdo a Fides, en un reciente artículo en el periódico Dawn, la abogada pakistaní Sulema Jahangir señaló que la vulnerabilidad de este grupo "ha aumentado aún más con el estallido de la pandemia" y afirmó que "recientemente se han dado casos en los que han negado los alimentos y la ayuda de emergencia a personas de las comunidades hindú y cristiana".
"El COVID-19 podría ofrecer una excusa para recurrir a la conversión religiosa de las mujeres jóvenes como un medio para salvar sus vidas o sus familias en tiempos de crisis. Una vez convertida, una mujer no puede dar marcha atrás, ya que la apostasía implica la sentencia de muerte", explicó la abogada.
Por su parte, la Comisión de Derechos de las Minorías y el Centro de Justicia Social han recopilado datos de "156 casos confirmados de conversiones forzadas entre 2013 y 2019, la mayor parte referidos principalmente a niñas menores de 12 años".
Debido a esta situación, la abogada Jahangir instó a Pakistán a "proteger a las mujeres y niñas no musulmanas de la explotación por parte de grupos poderosos y elementos criminales", añadió la agencia vaticana.
Finalmente, Jahangir afirmó que "cuando los fundamentalistas musulmanes celebran la conversión y el matrimonio como una victoria de la fe musulmana sobre otras comunidades, se promueve una cultura de intolerancia y fanatismo y Pakistán se convierte en un infierno".
Actualmente, en Pakistán, país de mayoría musulmana, las minorías religiosas están expuestas a asesinatos y abusos por parte de fanáticos islámicos, que incluyen los matrimonios forzados.
El caso más reciente de conversiones y matrimonios forzados es el de Huma Younus, una niña que a los 14 años fue raptada el 10 de octubre de 2016 en Karachi (Pakistán), para luego ser violada y convertida a la fuerza al islam por su captor Abdul Jabar, quien la obligó a casarse con él. Actualmente, la familia de Huma y su abogada luchan por su liberación.
La abogada de Huma señaló en 2019 a Ayuda a la Iglesia Necesitada que lamentablemente "los cristianos en su mayoría son analfabetos y no conocen sus propios derechos" y, además, "son demasiado pobres para soportar los gastos legales para llevar el caso a los tribunales".
Toda esta situación hace que sea fácil para los secuestradores cometer sus crímenes, pues "a menudo incluso los mismos agentes de policía, además de desanimar a los padres, indican a los secuestradores escapatorias legales", señaló la abogada.
Asimismo, los abogados que defienden a minorías religiosas en Pakistán son víctimas de ataques y amenazas por grupos extremistas islámicos, y viven en aislamiento para protegerse, por lo cual a veces optan por desistir de llevar estos casos ante la justicia, señaló Saif ul-Malook, el abogado de Asia Bibi a la agencia Fides este año.