A partir de este lunes 4 de mayo, en Italia podrán celebrar ceremonias fúnebres con la participación de hasta un máximo de 15 personas, siempre que sean familiares cercanos al fallecido y con medidas de protección que eviten nuevos contagios de coronavirus.
Esta medida entra en vigor hoy en virtud de una nota de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) que complementa la última orden del Ministerio Italiano del Interior en la que se especifica cómo deben celebrarse los funerales para garantizar la seguridad de los asistentes ante la pandemia de COVID 19.
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La autorización para celebrar funerales con fieles se produce el mismo día en que Italia entra en la Fase 2 del proceso de desconfinamiento del país. En concreto, en Italia se retoman hoy el trabajo en el sector manufacturero, en la construcción, y en otros sectores, como la industria del automóvil.
En general, se retoma casi toda la actividad comercial mayorista, así como la apertura parcial, y con limitaciones, de locales de restauración.
En la nota de la CEI se señala que la ceremonia podrá celebrarse dentro de la iglesia, aunque se señala que es preferible que sea en el exterior, y se podrá celebrar junto con la Santa Misa.
En cualquier caso, para participar en el funeral, los asistentes deberán someterse antes a la medición de la temperatura corporal por medio de un termómetro digital o un termo-escáner. Se impedirá la participación en la ceremonia de aquellas personas cuya temperatura corporal supere los 37,5ºC.
Se especifica también que el sacerdote deberá celebrar con mascarilla, correctamente colocada, es decir, cubriendo nariz y boca, y siempre manteniendo la adecuada distancia de seguridad con los fieles.
Puesto que existe la posibilidad de que el funeral se celebre con Misa, en la nota de la CEI se indica que al distribuir la comunión se debe evitar el desplazamiento de los fieles y, por lo tanto, será el celebrante el que se acerque donde están los fieles, siempre manteniendo la distancia de seguridad.
Antes de distribuir la eucaristía, el sacerdote deberá desinfectarse las manos y los fieles deberán recibir la comunión en la mano, sin contacto físico.
Por último, la iglesia deberá desinfectarse de forma regular, y al terminar la celebración deberá ventilarse correctamente.