Los sospechosos de secuestrar y asesinar al seminarista nigeriano de 18 años, Michael Nnadi, en enero de este año, fueron capturados por policías en Nigeria según informó un funcionario de la Iglesia.
El P. Chris Omotosho, director de Comunicación Social en la Diócesis de Sokoto (Nigeria), la diócesis donde nació y se crió el fallecido seminarista, confirmó el arresto este viernes 24 de abril en una publicación en Facebook de Catholic Broadcast Commission, Nigeria.
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"Esto es para informar que los secuestradores y asesinos de nuestro seminarista Michael Nnadi han sido detenidos por la Policía de Nigeria. La autoridad del seminario confirmó que la policía entró hoy con uno de los delincuentes, para identificar su ruta de entrada y salida hacia y desde las instalaciones del seminario", dijo el P. Omotosho.
Múltiples fuentes en Nigeria informaron a ACI África –agencia del Grupo ACI– que las noticias sobre el arresto de los presuntos secuestradores y asesinos del fallecido seminarista eran auténticas. Los detalles sobre la identidad de los arrestados aún no se ha divulgado, indicaron las fuentes en Nigeria.
Michael Nnadi fue asesinado a fines de enero de 2020, luego de ser secuestrado en la noche del 8 de enero junto a otros tres seminaristas del Seminario Good Shepherd en Kaduna, al noroeste de Nigeria, por hombres armados camuflados con uniforme militar.
Los cuatro eran estudiantes de filosofía de primer año. Los otros tres, que posteriormente fueron liberados, son Pius Kanwai, de 19 años; Peter Umenukor, de 23; y Stephen Amos, de 23.
El Obispo de Sokoto, Mons. Matthew Hassan Kukah, anunció el asesinato de Michael Nnadi. En su mensaje del 1 de febrero, el Obispo declaró: "Con el corazón apesadumbrado, quiero informarles que nuestro querido hijo Michael fue asesinado por los bandidos en una fecha que no podemos confirmar".
Nnadi era huérfano y había sido criado por su abuela, junto con su hermano gemelo.
El prelado nigeriano de 67 años reveló las dificultades de dar la noticia de la muerte de Nnadi a la familia y dijo: "Tuve que retrasar este anuncio hasta que la mamá volviera del mercado. Le hemos dado la noticia y estaré con ella".
La publicación de Facebook que anuncia la detención de los asesinos de Michael Nnadi generó múltiple comentarios.
El seminarista es una de las víctimas en medio del aumento de secuestros contra cristianos en en el país africano, una situación que llevó a los líderes de la Iglesia a expresar una seria preocupación por la seguridad de sus miembros y a pedir al gobierno que priorice la seguridad de sus ciudadanos.
Thomas Heine-Geldern, presidente de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) International, dijo el 13 de enero que la situación de los cristianos en Nigeria se parece a la que sufrieron los fieles con el Estados Islámico en Medio Oriente.
En el entierro del seminarista Michael Nnadi, el Obispo de Sokoto (Nigeria), Mons. Matthew Hassan Kukah, culpó al presidente del país, Muhammadu Buhari, por la inseguridad en la nación más poblada de África.
"Nadie podría haber imaginado que al ganar la Presidencia, el general Buhari traería nepotismo y clandestinidad a los militares y las agencias de seguridad auxiliares, que su Gobierno estaría marcado por políticas supremacistas y divisivas que llevarían a nuestro país al borde", lamentó Mons. Kukah en su homilía el martes 11 de febrero durante el entierro de Michael.
Denunció que Buhari "dirige el gobierno más nepotista y narcisista de la historia conocida", y que no da "respuestas para los millones de niños" que viven en las calles del norte de Nigeria, zona que "todavía tiene los peores índices de pobreza, inseguridad" y atraso.
El Obispo dijo que este es el momento para tomar una decisión y separar "la oscuridad de la luz, el bien del mal".
"Nuestra nación es como un barco varado en alta mar, sin timón y con ayudas de navegación rotas. Nigeria está en la encrucijada y su futuro pende de un equilibrio precario. Esta es una llamada de atención para nosotros", expresó.
En la fecha del entierro de Nnadi, al menos 5.000 personas en todo el mundo encendieron velas en su memoria.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en ACI África.