La Conferencia del Episcopado Mexicano publicó este 24 de abril un "Mensaje al Pueblo de México", asegurando su compromiso de "buscar articular los esfuerzos por el bien de todos los seres humanos" frente a la pandemia de coronavirus COVID-19 que azota el país y todo el mundo.
En su mensaje, los obispos mexicanos señalaron que "nos hemos 'quedado en casa' ante esta contingencia del coronavirus; orando, celebrando la fe, al pendiente de nuestro pueblo, atentos a los acontecimientos y acompañando a nuestra gente, buscando soluciones ante esta emergencia y sobre todo organizando la caridad".
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Tras recordar que se suspendió la 109ª Asamblea Plenaria de la CEM por la pandemia, la CEM indicó que la crisis del coronavirus "nos sorprendió como una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos".
"Haciendo nuestras las palabras del Santo Padre, queremos proclamar que la esperanza en Jesús Resucitado es nuestra certeza y nuestro camino, recordando que, a lo largo de esa historia nuestro pueblo ha sabido sobreponerse a momentos difíciles de donde ha salido fortalecido", indicaron.
De acuerdo a la universidad estadounidense especializada en medicina Johns Hopkins, al 24 de abril suman 2.745.677 casos confirmados de COVID-19 en el mundo, así como 193.042 fallecidos.
El Gobierno de México informó la noche del 23 de abril que en el país se han confirmado "11,633 casos y 1,069 defunciones por COVID-19".
Dos sacerdotes han muerto víctimas del coronavirus en México y al menos otros tres se encuentran infectados.
Los obispos de México señalaron que en el país "estamos experimentando la fragilidad de las instituciones y en particular del sistema sanitario y financiero. Nosotros mismos como Iglesia: obispos, presbíteros, diáconos, laicos y consagrados, experimentamos la debilidad de la condición humana, la amenaza del contagio, la pérdida de todas nuestras seguridades".
Sin embargo, destacaron, "hoy tenemos la oportunidad de fortalecer la creatividad bajo la acción del Espíritu que nos conduzca a edificar una Iglesia, comunidad viva, promoviendo el Reino del Padre en la verdad, la justicia y la paz".
"Y también llamados a manifestar la eficacia de nuestra evangelización en la unidad y en las obras de caridad, pues el hombre es el centro de la creación y el principal destinatario de la evangelización".
Ante la gravedad de la situación, añadieron, "los obispos de México sentimos la obligación moral delante de Dios y del pueblo que se nos ha confiado, de levantar la voz en nombre de los que sufren los estragos de esta pandemia, por lo que exhortamos y pedimos a todos los mexicanos, incluido el gobierno federal, los gobiernos estatales y municipales, a olvidarnos de intereses personales partidistas, ideológicos, políticos y religiosos para unirnos en la preservación de la vida de todo ser humano que se encuentre en el territorio de México".
Además de destacar que "como obispos estamos llamados a ser 'signo de unidad'", la CEM aseguró su compromiso de "buscar articular los esfuerzos por el bien de todos los seres humanos, refrendando el compromiso de seguir construyendo una 'casita sagrada', como nos lo ha pedido la Virgen de Guadalupe, porque representa un elemento común de identidad de este pueblo, un signo de unidad, un espíritu de familiaridad".
"Le pedimos a Santa María de Guadalupe nuestra Madre que interceda ante su Hijo Resucitado por el eterno descanso de los que han muerto, consuele a los que los lloran, dé paz a los moribundos, sea caricia maternal que conforta a los enfermos, sea compañía y fortaleza de los profesionales de la salud, dé sabiduría a nuestros gobernantes, y para todos nosotros sea presencia y ternura en cuyos brazos maternos todos encontremos seguridad y valentía para llegar a todos con esperanza y amor", concluyeron los obispos.