El Arzobispo de Ciudad Bolívar (Venezuela), Mons. Ulises Gutiérrez, expresó su preocupación por los saqueos y protestas ocurridos este jueves 23 de abril por el alza del precio de los alimentos y la escasez de gasolina en Upata, Estado de Bolívar, en medio de la cuarentena establecida por el régimen de Nicolás Maduro ante el avance del COVID-19.

 

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Durante esta semana también se han registrado saqueos en comercios en diferentes estados venezolanos como Monagas, Mérida, Barinas, Portuguesa, Trujillo y Sucre, una situación de crisis que se ha exacerbado por la pandemia que ya suma 298 contagiados y 10 fallecidos en el país, según el último reporte del Gobierno.

En medio de los saqueos de este jueves en Upata se han reportado varios heridos y al menos un muerto tras la represión de los agentes del régimen.

 "La situación de la ciudad de Upata, al sur del estado Bolívar, es el reflejo de la realidad de pobreza y hambre que vive Venezuela. Hoy fue Upata acá en Bolívar y Punta de Mata en el Estado Monagas, hace dos días fue en la Península de Araya en el Estado Sucre, donde los pescadores protestaron violentamente por falta de gasolina para pescar, ayer fue en Cumanacoa, Municipio Montes del Estado Sucre", contó Mons. Gutiérrez en una entrevista concedida a ACI Prensa este jueves 23 de abril.

El Prelado asegura que "el común denominador de todas esas protestas es el hambre".

"En Upata la población salió a protestar en el centro de la ciudad por falta de alimentos, la protesta generó violencia y represión por parte de los cuerpos de seguridad, con saldo de un fallecido por impacto de bala y muchos heridos", describió Mons. Gutiérrez sobre lo ocurrido este jueves.

 

 

En este contexto, explica que el "hambre no razona ni conoce reglas" y hoy, en Venezuela, éste "se convierte en un combustible más peligroso que la gasolina".  

No obstante, exhortó a rechazar "los saqueos y la violencia", porque "además de que se comete un robo, saciar el hambre al corto plazo solo genera la destrucción del comercio formal".

Mons. Gutiérrez cree que "la cuarentena a la que se nos ha obligado a acatar para evitar contagios, al ser implantada sin tomar medidas de protección a la población más vulnerable o que viven del día a día", solamente está "agravando la situación del venezolano de a pie, que es la gran mayoría".

En ese sentido, el arzobispo lamentó que las familias venezolanas no puedan acceder a la gasolina, y que además padezcan "muy mal servicio de agua, electricidad y gas doméstico".

"Una economía totalmente destruida en la que los productores agropecuarios no pueden sacar sus productos porque no se les suministra gasolina o tienen que adquirirla en el mercado negro a 2 y 3 dólares el litro. La devaluación de nuestra moneda es alarmante, hoy sobrepasó los 200.000 bolívares por un dólar norteamericano, con un sueldo mínimo de 350.000 bolívares (menos de 2 dólares mensuales), la hiperinflación se pierde de vista", comentó.

 

 

El Arzobispo de Ciudad Bolívar asegura que "hoy hay más hambre, más desnutrición, más enfermedades" y una "pandemia que nos amenaza y nos sorprende con unos hospitales sin insumos y abandonados, con escasos médicos porque muchos han debido emigrar debido a la crisis".

"En fin, el panorama es muy oscuro", relató.

Ante esta realidad, Mons. Gutiérrez indica que la situación solo puede empeorar al tener "un régimen sancionado y cuestionado internacionalmente, con alto rechazo interno, sin recursos para enfrentar la crisis".

"Muy dura, difícil y delicada la situación que vivimos. La comparación que más se le puede aproximar es la olla de presión, que nos puede llevar a un estallido social sin precedentes, que nadie desea, y que traería consigo más hambre y mayor sufrimiento para el pueblo", agregó.

Finalmente, en la entrevista, Mons. Gutiérrez relató el motivo de su esperanza: "Nuestra confianza en Dios y en su providencia, nos mantiene en pie, animando y acompañando a nuestro pueblo, asistiéndolo con nuestros programas sociales de Cáritas".

"Contamos con ollas comunitarias de alimentación, banco de medicinas, asistencia médica en ambulatorios, programas de nutrición infantil y madres lactantes, etc., que aunque es imposible llegar a todos, es un signo del amor de Dios a través de la Iglesia", concluyó.

También en una entrevista concedida a ACI Prensa, el Obispo de Ciudad Guayana (sufragánea de la Arquidiócesis de Ciudad Bolívar), Mons. Helizandro Terán, hizo un llamado a la calma.

"El llamado que como pastores hacemos es a mantener la calma; la violencia no va a conducir a nada y menos en esta terrible pandemia. Pongámonos en las manos del Señor, que es nuestro auxilio y nuestra fortaleza. Pedimos a las autoridades la ayuda y el apoyo a las personas más pobres y vulnerables en medio de esta crisis", concluyó.