Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de Cúcuta, diócesis colombiana en la frontera con Venezuela, explicó cómo es la vasta labor caritativa y evangelizadora que realiza la Iglesia en esa zona ante la actual pandemia del coronavirus.
"La Iglesia en Cúcuta, en la frontera con Venezuela, ha estado muy empeñada en esta emergencia social, no solo en este tiempo sino desde hace unos cuatro años y medio. Hemos tratado de atender las necesidades de los colombianos, también de los que han retornado de Venezuela, y de los venezolanos que buscan alimento, salud y medicinas", dijo Mons. Ochoa en declaraciones a ACI Prensa.
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"Tuvimos abierta la Casa de Paso La Divina Providencia hasta el 15 de marzo, y por razones sanitarias tuvimos que cerrarla. Sin embargo la Iglesia se ha seguido empeñando muchísimo en el frente caritativo y con esa capacidad nos hemos dedicado con los sacerdotes y voluntarios a la atención de los hermanos necesitados y los que sufren, sin abandonar el trabajo de evangelización", resaltó el Obispo.
El Prelado explicó que en la Diócesis de Cúcuta existe un banco de alimentos desde hace 17 años, con el que han distribuido recientemente 280 toneladas de alimentos en unos 22 mil mercados o canastas básicas de entre 15 y 20 kilos cada uno, con arroz, papa, verduras, pollo, entre otros; y se ha distribuido unos 5 mil kits de aseo en las 107 parroquias de la diócesis.
Además, con la ayuda de la Corporación de Servicio Pastoral Social (COSPAS), se ha podido entregar alimentos y complementos de alimentos en unas 30 parroquias pobres de la diócesis, donde se ha contado con la colaboración de otras instituciones como la Orden de Malta.
Mons. Ochoa indicó también a ACI Prensa que hay otros "frentes muy precisos como la Fundación Asilo Andresen, el antiguo orfanato de Cúcuta, donde se servía a 110 niños, a los que se sumaron 250 venezolanos. En estos días han tenido que salir del lugar, por orden del gobierno ante la pandemia, pero los seguimos ayudando a ellos y sus familias y cada dos semanas les damos lo necesario para mantenerse".
Otro servicio de la Diócesis de Cúcuta se ha realizado en la zona rural "que es amplia, ya que los campesinos también están en condiciones difíciles. Los ayudamos con alimentos, medicinas y elementos propios para su trabajo".
En la entrega de alimentos se siguen minuciosamente las indicaciones de las autoridades para asegurar la salud de los sacerdotes, religiosas y voluntarios, así como de los beneficiados.
El Obispo dijo que "en la gestión del banco de alimentos hay cinco sacerdotes, en COSPAS tres, y en la fundación otros tres sacerdotes. Ellos están a tiempo completo, pero a ellos se unen otros 60 en la atención de emergencia".
Hasta el momento "no hay enfermos de coronavirus entre los sacerdotes, gracias a Dios", agregó el Prelado.
Sobre el servicio con el que han llegado a unas 200 mil personas, Mons. Ochoa afirma que "es una dimensión de la caridad que también está unida a la evangelización. Nuestra misión es anunciar a Jesucristo y servir a los pobres".
El Obispo de Cúcuta también dijo a ACI Prensa que la ciudad fronteriza es además "punto de referencia para hermanos venezolanos con otros problemas de salud para los cuales hay un canal humanitario y se ayuda a enfermos de cáncer o diabetes, por ejemplo".
Mons. Ochoa indicó que la labor de evangelización sigue adelante y "en esta tarea con los medios de comunicación, la radio Vox Dei y otros más como el periódico La Verdad, hemos procurado acompañar a los fieles con palabras de acompañamiento".
"Esto lo tenemos muy claro: hemos procurado evangelizar en estos días de confinamiento, hemos procurado hacer la Misa en las iglesias, acompañamos a enfermos con algunos capellanes que también asisten a personal sanitario, con las debidas condiciones sanitarias exigidas por los hospitales", explicó.
El Obispo también compartió un mensaje de esperanza para los fieles ante la actual pandemia del coronavirus, que en Colombia ya ha cobrado la vida de 196 personas de un total de 4.149 casos.
"Es un momento de particular dolor, pero en medio de la dificultad y la desesperanza Cristo es nuestra esperanza como enseñan los apóstoles Pedro y Pablo. En este momento hay que mirar al cielo, hay que pedirle a Dios auxilio, paz y su intervención", dijo el Prelado a ACI Prensa.
"Tenemos que confiar en el amor providente de Dios y pedirle a la Santísima Virgen María que nos acompañe. Hay que tener alegría y esperanza, como la Virgen esperando la Resurrección, esperando el momento en que saldremos de esta crisis", concluyó.
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