El Obispo de Providence (Estados Unidos), Mons. Thomas Tobin, reflexionó el domingo sobre las posibles consecuencias de la pandemia de coronavirus, y alentó a los católicos a desarrollar planes para renovar la evangelización cuando se supere el confinamiento.
"Cuando nuestras iglesias vuelvan a abrir para la adoración pública, ¿cómo responderán los fieles? ¿Se habrán acostumbrado a ver la Misa en televisión o en línea? ¿Pensarán que no es necesario asistir personalmente o habrán perdido el sentido de comunidad con su parroquia? ¿Se darán cuenta de que la 'participación virtual' nunca puede reemplazar la gracia de estar personalmente presente?", preguntó Mons. Tobin en su mensaje pastoral del 19 de abril.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Estoy convencido de que, como comunidad de la Iglesia, en la diócesis, en nuestras parroquias, escuelas y organizaciones, este momento posterior a la crisis nos invita a redoblar nuestro compromiso con la evangelización", aseguró.
Mons. Tobin denunció los impactos negativos del virus, especialmente la ausencia de sacramentos de forma regular.
Si bien señala que no está claro cómo el coronavirus afectará el futuro y es un momento confuso, el Prelado cree que todavía es una oportunidad para llevar a cabo esfuerzos de evangelización y buscar la santidad personal.
"Tenemos una nueva oportunidad para acercarnos y darles la bienvenida a nuestros propios fieles católicos, a quienes hemos extrañado desesperadamente, así como a los católicos que se han alejado (especialmente tantos adultos jóvenes), aquellos que se han alejado de la Iglesia por cualquier razón y aquellos que nunca han sido miembros de la Iglesia", dijo.
"Deberíamos estar envalentonados para emplear todas las estrategias y tácticas legítimas que podamos pensar: visitas puerta a puerta, recepciones parroquiales, educación continua, boletines dominicales, publicidad institucional y redes sociales", añadió.
El Obispo explicó que la tarea puede ser realizada por personas de todas las edades y que el objetivo final de la evangelización no es aumentar el número de personas en la Iglesia, sino compartir y aceptar una experiencia auténtica del catolicismo.
Asimismo, cree que la gente debería comenzar los preparativos ahora orando, practicando la virtud y tratando de imitar a Cristo.
"Este momento de la historia es una nueva oportunidad para apreciar la bondad, la verdad y la belleza de nuestra fe católica, y para compartir con otros las bendiciones que han sido nuestras", afirmó.
"En resumen, resolvamos convertir la crisis del coronavirus en un momento de purificación, renacimiento y renovación para toda la Iglesia. Es algo de lo que deberíamos comenzar a hablar y planificar en este momento", dijo Mons. Tobin.
Ante la suspensión de los servicios religiosos en todo el mundo, el Obispo aprovechó para denunciar la ausencia de los sacramentos en las últimas semanas, especialmente durante la temporada de Pascua. Expresó su esperanza de que las comunidades de la iglesia puedan reunirse para Pentecostés.
"Es mi gran esperanza, mi oración, mi 'aspiración', que para el 31 de mayo, la solemnidad de Pentecostés, podamos reunirnos nuevamente en nuestras iglesias, incluso con un número limitado de fieles si es necesario, para la celebración pública de la Santa Misa e invocar la gracia sanadora del Espíritu Santo", concluyó.