Los pacientes ancianos y discapacitados con coronavirus tienen el mismo derecho a recibir tratamiento que otras personas, indicaron los obispos de Inglaterra y Gales.
En un comunicado del 20 de abril, los prelados señalaron que la pandemia ha ejercido una gran presión sobre el Servicio Nacional de Salud (NHS) de Gran Bretaña.
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"Con el aumento de los casos de coronavirus, la demanda de recursos del NHS está superando la oferta y los responsables de nuestra atención y bienestar se enfrentan a decisiones difíciles", indicaron.
Sin embargo, los obispos resaltaron que los médicos, que luchan con escasos recursos, nunca deben decidir a qué paciente tratar en función de factores como la discapacidad o la edad.
"La decisión de no ofrecer un tratamiento a un individuo nunca debe ser un juicio basado en la valía de la vida de esa persona, incluida su edad u otras características sociales, sino una decisión pragmática sobre la probabilidad de que la intervención lo beneficie dada su condición médica", dijeron los obispos.
Agregaron que este principio está incluido en la Constitución del NHS, así como en la jurisprudencia.
"Hasta la pandemia actual, los recursos siempre se han asignado de acuerdo con la necesidad médica y el beneficio para el paciente", indicaron. "Hoy este enfoque debe complementarse maximizando los escasos recursos para el bien común y, por lo tanto, el pronóstico y la probabilidad de beneficio se convierten en los criterios primordiales", agregaron.
Los prelados señalaron que este pronunciamiento va en respuesta a aquellos que expresan su preocupación acerca de si sus seres queridos o ellos recibirán soporte vital en un momento de "racionamiento médico".
"Si bien todos estamos de acuerdo en que la asignación de recursos debe hacerse de la manera más justa posible, los criterios de equidad deben ser claros y compartidos por todos nosotros", dijeron. "Estos principios se aplican tanto en la moral como en la ley que rige nuestros derechos y expectativas sobre la salud y la atención social".
"Como católicos, nuestro punto de partida es que todos estamos igualmente hechos a la imagen de Dios (CCC 357). El valor humano no es una medida de nuestra capacidad mental o física, nuestra función social, nuestra edad, nuestra salud o cualquier otra valoración cualitativa. Dios nos hizo a cada uno y nos dio la misma dignidad y valor", agregaron.
Los obispos instaron a las personas con afecciones de salud subyacentes a conversar con sus familias sobre qué tipo de tratamiento quisieran recibir.
"A cada uno de nosotros se nos pueden presentar escenarios clínicos que son desagradables y angustiantes, sin embargo, los médicos deben tomar las mejores decisiones", dijeron. "Este enfoque nos ayuda a centrarnos en el bien común".
"Del mismo modo, los católicos se centrarán en el beneficio de un tratamiento particular para la persona teniendo en cuenta todos los factores médicos. Esto, nuevamente, nos ayuda a centrarnos en el bien común de todos y cumple mejor los principios de justicia e igualdad".
Los obispos apelaron al personal médico para que se comuniquen de manera clara y sensible con los pacientes y sus seres queridos.
"Siempre debemos ser conscientes del cuidado espiritual de los pacientes y sus familias, así como del personal de salud y asistencia social. Nuestros capellanes tienen un papel particular en este sentido, pero todos conocemos a alguien por quien podemos rezar y ofrecer apoyo", agregaron.
Más de 124 mil personas han contraído COVID-19 en el Reino Unido y más de 16 mil han muerto, según el Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.