El Papa Francisco afirmó este domingo 19 de abril, Domingo de la Divina Misericordia, que la respuesta de los cristianos ante las "tempestades de la vida", como la actual pandemia de coronavirus que aflige al mundo, "no puede ser otra que la misericordia".
Al finalizar la Misa que presidió en la iglesia de Santo Spirito in Sassia de Roma, que el Papa San Juan Pablo II instituyó como Santuario de la Divina Misericordia, y antes del rezo del Regina Caeli, el Santo Padre subrayó que la misericordia debe traducirse en "el amor compasivo entre nosotros y hacia todos, especialmente hacia los que sufren, quienes más padecen, quienes han sido abandonado".
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"No es lástima, no es altruismo, sino compasión que procede del corazón. Y la misericordia divina viene del Corazón de Cristo Resucitado. Surge de la herida siempre abierta de su costado, abierta por nosotros, que siempre tenemos necesidad de perdón y de consuelo. La misericordia cristiana inspira también el justo reparto entre las naciones y sus instituciones para afrontar la crisis actual de manera solidaria", concluyó.