El Obispo de Las Cruces en el estado de Nuevo México, Mons. Peter Baldacchino, será el primer prelado en Estados Unidos en volver a celebrar Misas públicas en medio de la pandemia del coronavirus que también afecta seriamente al país norteamericano.
Hasta este 16 de abril, los casos de COVID19 en Estados Unidos llegan a más de 652 mil y los muertos ya pasaron los 33 mil.
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Mons. Baldacchino también ha levantado la prohibición que él impuso para que los sacerdotes celebren Misas públicas en su diócesis y ha emitido una guía para la distribución de la Eucaristía y la administración de otros sacramentos como la Confesión y la Unción de los Enfermos.
Los sacerdotes, dijo en una carta con fecha 15 de abril, "hemos sido llamados por Cristo y ordenados para servir a la gente de la Diócesis de las Cruces, para llevarles esperanza y consuelo durante estos tiempos difíciles".
El anuncio llega pocos días después que el gobernador de Nuevo México prohibió las reuniones de más de 5 personas, una restricción que el Obispo dijo que debe ser respetada por los sacerdotes, aunque expresó su oposición a la misma.
Mons. Baldacchino precisó que los sacerdotes pueden celebrar Misa con fieles "manteniendo las precauciones sanitarias establecidas por el gobierno estatal y federal". Los presbíteros también podrán presidir matrimonios y funerales, de acuerdo a las mismas reglas, y por la duración de la pandemia autorizó a que puedan realizarse fuera de las iglesias.
"El ministerio esencial de esperanza" de la Iglesia debe cumplirse durante la pandemia, dijo a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, Christopher Velasquez, director de comunicaciones de la Diócesis de las Cruces. También resaltó que le piden a las poblaciones vulnerables o con mayor riesgo de contraer la enfermedad que se queden en casa y sigan las celebraciones transmitidas en vivo, siempre que sea posible.
El Obispo también comentó en su carta que en las últimas semanas ha meditado mucho sobre la importancia de los sacramentos e indicó que "privar a los fieles del alimento que se ofrece con la Eucaristía fue ciertamente una decisión difícil, aunque la consideré necesaria hasta tener más claridad sobre nuestro estado de cosas, pero no se puede convertir en el estatus quo para el futuro próximo".
"Somos conscientes de la tragedia causada por el coronavirus. Yo mismo he perdido dos amigos cercanos, sacerdotes que estudiaron y sirvieron conmigo. Soy muy consciente de la muerte y la tristeza de estos días. Y sin embargo hay más. El coronavirus también puede ayudarnos".
Mons. Baldacchino cuestionó luego "¿Cuánto tiempo nos hemos quedado en nuestro 'modo usual' de hacer las cosas? ¿Cuánto tiempo hemos estado cómodos con nuestras rutinas? ¿Cuánto tiempo hemos dado por descontada la gracia de los sacramentos? ¿O la belleza de la asamblea de la Misa?".
En estos días, continuó el Obispo, "el Señor nos está llamado a salir de nuestra zona de confort. Nos está llamando a buscar nuevas formas de llegar a la gente. Además de la misión que se nos confía, también tenemos la misión de mantener segura a la gente. Estos objetivos deben ser igualmente logrados".
El Prelado también se refirió a algunos problemas ocasionados por la cuarentena, como el hecho que la línea de ayuda ante desastres ha visto incrementada la cantidad de llamadas en 891%, por problemas relacionados a la prevención del suicidio y violencia doméstica, entre otros.
"En sencillo, en medio de esta incertidumbre financiera y de miedo por la propia salud, la ansiedad pandémica y el confinamiento en casa, la gente definitivamente necesita una palabra de esperanza", resaltó el Prelado, quien dijo luego que "las misas televisadas son un intento de llenar el vacío que vivimos en este tiempo, pero estoy cada vez más convencido de que no es suficiente".
El Obispo de Las Cruces criticó las regulaciones del gobierno estatal que consideran que las iglesias no son "servicios esenciales" y dijo que no está de acuerdo con eso.
"Tristemente el gobernador ya no pone como excepción a los lugares de culto en las 'reuniones masivas'. Me parece que si bien llevamos un conteo diario de los muertos físicamente, nosotros buscamos llegar a los que están muertos interiormente".
Para la distribución de la Comunión, el Prelado precisó que los sacerdotes deben usar mascarilla, desinfectar sus manos y usar guantes. También animó a sus presbíteros a confesar y a dar la Unción de los Enfermos siempre que sea necesario. "No se puede privar a los fieles de este sacramento, especialmente en peligro de muerte", recordó.
En las últimas semanas Mons. Baldacchino ha confesado con frecuencia siguiendo las medidas de seguridad en la Catedral de Las Cruces.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA