Los Caballeros de Colón en Nuevo México están destinando recursos para ayudar a los nativos de Estados Unidos que están siendo afectados gravemente por el coronavirus, enfermedad que se propaga rápidamente y deja sin alimentos a esta población vulnerable.
Los nativos americanos no han tenido buenos resultados en medio de las pandemias o epidemias a lo largo de su historia.
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Se estima que el virus de la viruela, que mató a los padres y al hermano de Santa Catalina Tekakwitha, acabó con el 90-95% de los pueblos indígenas de las Américas en el lapso de aproximadamente dos siglos.
La epidemia de gripe H1N1 de 2009 tuvo una tasa de mortalidad cuatro veces mayor para los nativos americanos que para cualquier otra etnia combinada, según la Biblioteca Nacional de Medicina.
"Desafortunadamente, además de todo lo demás con lo que la gente está lidiando, agregar toda esta situación (de coronavirus) solo hará la vida mucho más difícil para muchas familias en la reserva", dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– Jeremy Boucher, codirector de la organización sin fines de lucro Southwest Indian Foundation.
Desde que la reserva india estadounidense Nación Navajo anunció un pedido para refugiarse en su propio lugar el 20 de marzo, Boucher y la fundación han estado entregando alimentos a una bodega en la reserva para garantizar que aquellos en cuarentena o lejos de las tiendas de comestibles tengan acceso.
Pero la Nación Navajo se extiende a tres estados: Nuevo México, Arizona y Utah, con varias otras reservas en el área también. Además las reglas de la bodega de alimentos locales limitaron a Boucher a entregar productos dentro del condado de McKinley, en Nuevo México.
"La reserva (Navajo) en sí es del tamaño de West Virginia, y tal vez hay un total de cinco bodegas de comestibles en la reserva, y la mayoría de esas tiendas están cerca de las ciudades fronterizas", dijo Boucher.
"Y así, Gallup (sede del condado de McKinley County) es realmente la ciudad central para la mayoría de las personas que viven en la reserva. Entonces, la gente a veces maneja dos, dos y media o tres horas para llegar a la ciudad para obtener suministros. Y en este momento se enfrentan a una situación en la que, si están encerrados en cuarentena durante 14 días, es realmente difícil que alguien venga a la ciudad y obtenga un montón de cosas por culpa de todas las limitaciones en las bodegas de comestibles", dijo.
"Entonces, si no puedes hacerlo, tienes que enviar a alguien por ti, pero no hay garantía de que, cuando vengas a la ciudad, puedas encontrar lo que necesitas, porque las tiendas están empobrecidas", agregó.
Para ampliar los esfuerzos de ayuda, Boucher se asoció con Patrick Mason, miembro de la tribu osage y con la junta directiva de Caballeros de Colón, para llevar comida a más personas.
"Sabíamos que por vivir aquí, porque nací y crecí aquí, la necesidad está allí afuera. Cada vez que ocurre algo como esto, cada vez que ocurre una epidemia o una pandemia, muchas veces es simplemente devastador", dijo Mason.
Mason contó que aún muchas personas mayores en la reserva viven en hogans simples y tradicionales (casa india nativa) y carecen de agua, electricidad y la capacidad de obtener suministros.
Dependen de familiares y amigos para cuidarlos, pero a menudo son las primeras personas olvidadas en una crisis, señaló.
Cuando Mason escuchó que Boucher necesitaba ayuda, trabajó con los Caballeros de Colón y con Life is Sacred, una organización provida de los nativos americanos, para organizar y entregar canastas de alimentos al pueblo de Acoma, una tribu a más de 140 kilómetros de distancia.
También consultaron a Lance Tanner, uno de los propietarios de T and R Market (una tienda de comestibles familiar que atiende principalmente a la clientela navajo), para las canastas de alimentos.
Tanner, también miembro de Caballeros de Colón, sabía qué productos básicos les gustaría a sus clientes en una canasta de alimentos, incluyendo harina, manteca, papas, café y carne enlatada, así como artículos de tocador y agua; y golosinas para los niños.
Una vez ensamblados, Mason dijo que las canastas, que en realidad eran tres cajas grandes, contenían suficiente comida para alimentar a una familia durante unas dos semanas.
"Tenía un trailer (de los Caballeros de Colón) y lo llamamos Relief Canteen COVID-19", dijo Mason. Hicieron su primera entrega durante la Semana Santa.
"Nuestra primera entrega fue para la gente de Acoma, que es una de las antiguas tribus de Pueblo. Esas son tribus católicas. Han sido católicos durante cientos de años", dijo.
"Algunas iglesias allí tienen cientos de años y son católicos muy fieles. Estaban sufriendo y dijeron que tenían unas 140 personas que necesitaban desesperadamente alimentos, por lo que hicimos nuestro primer reparto allí", agregó.
Cuando llegaron, los voluntarios locales les dijeron que 60 personas más habían llamado ese día en busca de comida.
Con mascarillas y guantes, Mason, los Caballeros de Colón y los voluntarios locales descargaron las cajas en un centro de distribución centralizado. Mason dijo que trabajaron con organizaciones locales que pudieron entregar las cajas a las familias más necesitadas.
A medida que se corrió la voz en la región de que los Caballeros de Colón estaba organizando canastas de alimentos, "seguían llegando nombres" de más personas que necesitaban ayuda, dijo Mason.
Este último agregó que también se enteró de que otro miembro de Life is Sacred, Dallas Carter, en Hawai, había estado organizando esfuerzos de ayuda similares con los Caballeros de Colón locales para las personas nativas y vulnerables, y necesitaba ayuda adicional.
"Independientemente de lo que estábamos haciendo, él estaba haciendo algo similar en Hawai. Hablé con él y le dije: 'Bueno, oye, también tenemos que apoyarte'", comentó.
Mason dijo que los Caballeros de Nuevo México pudieron otorgar una subvención a los Caballeros de Hawái para mantener sus esfuerzos durante dos semanas más.
"Cuidar a nuestros kūpuna (ancianos) siempre ha sido un valor esencial para la gente de Hawai", dijeron los Caballeros de la Diócesis de Honolulu en un comunicado proporcionado a CNA.
"Con el inicio de la pandemia de COVID-19 y la subsecuente cuarentena estatal obligatoria, a muchos de nuestros kūpuna se les exigió quedarse en casa sin acceso regular a sus medios normales de adquisición de alimentos y otros artículos esenciales. De hecho, incluso muchas de las despensas de alimentos regulares, de las que dependen muchos kūpuna, fueron completamente cerradas por la seguridad de sus voluntarios", dijeron.
"Varios Caballeros de Colón en la Diócesis de Honolulu, con el anuncio de la cuarentena y sus efectos inevitables en los vulnerables, entraron en la brecha y comenzaron sus propias iniciativas personales para ayudar a los kūpuna y otras personas vulnerables en su comunidad", agrega el comunicado.
Al igual que los Caballeros en Nuevo México, los Caballeros en Hawai entregaron suministros de alimentos durante dos semanas y otras necesidades a las personas mayores y vulnerables, y hasta ahora han servido a unas 5.000 personas.
Mason dijo que su grupo de Caballeros tiene fondos suficientes para mantener la caridad en Nuevo México durante otras dos semanas, pero espera que puedan obtener más apoyo para mantenerlo aún más tiempo.
"Queremos correr la voz, porque realmente, todo el mundo está sufriendo en este momento. Pero creo que a veces esas personas en las periferias son a veces las más olvidadas y las que más sufren. Una abuelita de 80 años que vive sola a una hora de la persona más cercana es una de las primeras personas olvidadas", dijo.
En una declaración, los Caballeros de Colón en Gallup dijeron que si bien esto ha parecido una Cuaresma larga para todos, "al estar juntos, la luz de la Pascua estará sobre nosotros, y juntos cantaremos el Non Nobis y el Te Deum para disipar la oscuridad".
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.