En vistas del difícil momento que viven los países afectados por el coronavirus, más de 100 católicos con liderazgo político en países latinoamericanos firmaron un manifiesto para alentar un actuar común en pos del bien común, la dignidad humana y la solidaridad.
Fruto de diversos encuentros online organizados por la Academia de Líderes Católicos, los firmantes han dialogado sobre la realidad de los distintos países y proponen medidas concretas para la situación actual de los países ante el coronavirus.
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"Nuestra mirada nace del dolor por quienes sufren y sufrirán más producto de esta pandemia: los pobres", describe el manifiesto.
"Son los que están más solos y abandonados, los más frágiles y vulnerables, los más pobres y desamparados, los que resultarán más golpeados por la pandemia", explican los líderes políticos.
En ese sentido, "una auténtica lectura de la realidad se hace a partir de las elecciones hechas por Jesús. Una lectura evangélica de la realidad solo puede hacerse desde el sufrimiento de aquellos que serán más afectados por la crisis, los pobres, los oprimidos y los vulnerables. Por tanto, todas las acciones y compromisos para enfrentar la crisis deberán hacerse desde la perspectiva de impacto en los más vulnerables".
Tal como han manifestado en reuniones online anteriores, los líderes políticos plantean que esta crisis es también el momento de "pensar soluciones e iniciativas comunes".
"O morimos solos como naciones, o salimos adelante todas las naciones juntas, como miembros de la misma patria grande: Latinoamérica", agregaron y describieron algunas medidas que pueden llevarse a la práctica.
La reflexión es iluminada por la Doctrina Social de la Iglesia y las palabras del Papa Francisco que en su mensaje durante la bendición Urbi et Orbi expresó que "todos estamos en la misma barca".
"Todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos… descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino solo juntos", dijo el Santo Padre el 22 de marzo.
En esa línea, los firmantes expresan que se sienten "llamados a ser constructores de puentes y no de murallas; llamados a vivir la diversidad y apreciar el diálogo como camino que nos enriquece", describe el documento.
"El estilo del liderazgo político que se requiere es un estilo sinodal, el cual está dispuesto a hacer el recorrido junto con sus gobernados e inclusive con sus rivales políticos".
"Se trata de escuchar y comprender las razones del otro, de las cuales siempre podemos aprender algo. La actitud dialógica y el espíritu desarmado también deben impregnar las relaciones sociales y políticas".
En ese sentido, los firmantes piden rechazar "cualquier atisbo de polarización" ya que la "línea de división real no se encuentra entre izquierdas o derechas, conservadores o progresistas".
"La verdadera línea de división se encuentra entre aquellos que están dispuestos a sacrificar a sus conciudadanos por agendas personales, de grupo o de partido; y aquellos que han entendido que la hora dramática de nuestra generación, nos debe unir para poner en primer lugar el interés de nuestros pueblos", aseguraron.
"Afrontamos esta realidad desde nuestra condición de políticos, pero sobre todo desde nuestra identidad común de cristianos".
"Entre nosotros existe una pluralidad de sensibilidades políticas y sociales, pero nos une esta certeza que tiene su fundamento en la virtud de la esperanza" que es "la confianza y la convicción que incluso en los peores momentos de la historia, el Espíritu de Dios nunca deja de animar y sostener a su pueblo", concluyeron.
Lea el manifiesto completo AQUÍ