Sor Isabel García es una religiosa josefina trinitaria que trabajaba en el colegio Santísima Trinidad de Plasencia, Cáceres (España). Allí impartía Lengua a los alumnos de Primaria y Religión a los de Secundaria.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Sin embargo hace unas semanas, el 28 de marzo leyendo el periódico supo que "había problemas en la residencia de ancianos Virgen del Puerto de Ciudad Jardín, que se habían dado casos de positivos tanto entre los residentes como entre los empleados, y que la dirección del centro estaba teniendo dificultades para encontrar a trabajadores", explicó al diario Hoy.
Entonces tomó una decisión. Decidió comenzar a ayudar en esa residencia donde hay más de 80 ancianos.
"Sentí que con lo que está pasando no podía quedarme con los brazos cruzados, que tenía que ayudar y que tenía que hacerlo con quienes hoy son los más débiles, los ancianos", explicó.
Según relata al diario Hoy, ese mismo día contactó con la dirección de la residencia y se ofreció a trabajar y un día después, el domingo 29 de marzo, Sor Isabel comenzó en el centro. Desde entonces no lo ha abandonado.
"Decidí quedarme como interna porque aunque nuestro colegio está cerca de la residencia, tenemos hermanas mayores y no quiero poner en peligro a nadie; pensamos que es lo mejor para evitar al máximo el riesgo de contagios", subrayó.
Según explica, hace todo lo que se necesita cada día "ayudo en la cocina, sirviendo comidas, otros ratos estoy en el lavadero... Paso por todos los servicios porque son muchas las cosas que hay que hacer y, en los ratos libres que tengo, me acerco a las habitaciones de los ancianos y hablo con ellos".
Ese contacto con los ancianos es lo que más le gusta porque, según precisó, "están solos y tristes, aislados en sus habitaciones por su bien, claro, pero echando de menos muchísimo a sus familiares, a sus amigos en la propia residencia, porque aunque pueden habla con sus seres queridos por teléfono, no es suficiente, necesitan mucho cariño".
También explicó que teme que si esta situación se prolonga durante mucho tiempo, "esta tristeza puede pasar a ser depresión en algunos casos".
Sor Isabel explicó que quiere continuar trabajando en la residencia de Ciudad Jardín "si es posible hasta que esto pase, compaginándolo como estoy haciendo con mi trabajo de ser profesora, mando tareas a los alumnos y corrigiéndoselas a través del ordenador".
Y destacó también "la estupenda atención que reciben por parte de todos los trabajadores de esta residencia, para quienes no es ningún sacrificio venir aquí cada día, sino todo lo contrario; son personas que atienden a los ancianos con ilusión, amabilidad y cariño".