El Papa Francisco escribió a los fieles de la parroquia del Centro de Reclusión "Due Palazzi" de Padua, Italia, que se han encargado este año de redactar los textos de las meditaciones y oraciones propuestas para las estaciones del Via Crucis del Viernes Santo presidido por el mismo Pontífice.
Debido a la crisis sanitaria causada por el coronavirus COVID 19, este año el Vía Crucis no se celebrará en el Coliseo, como es tradicional, sino en la misma Basílica de San Pedro del Vaticano.
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Las meditaciones las han redactado condenados a prisión (alguno a cadena perpetua), sus familiares, familiares de víctimas, funcionarios de prisiones, policías, educadores de instituciones penitenciarias, catequistas, un fraile de la pastoral penitenciaria y un sacerdote acusado y absuelto tras ocho años de proceso judicial.
En su mensaje, el Santo Padre afirma que, al leer las meditaciones, "me he instalado en los pliegues de vuestras palabras y me he sentido bienvenido, en casa. Gracias por haber compartido conmigo un trozo de vuestras historias".
"Dios habla de sí mismo y nos habla dentro de una historia, nos invita a una escucha atenta y misericordiosa", explicó el Papa.
También agradeció a los autores de las meditaciones "porque han esparcido vuestros nombres no en el mar del anonimato, sino de las muchas personas vinculadas al mundo de la prisión. Así, en el Vía Crucis prestarán sus historias a todos aquellos en el mundo que compartan la misma situación".
El Pontífice concluyó señalando que "es consolador leer una historia habitada por las historias no solo de las personas detenidas, sino de todos aquellos que se apasionan por el mundo de la prisión. Juntos, es posible. Juntos".