Un sacerdote misionero en Irak, país que sufrió una dura guerra con el grupo terrorista Estado Islámico hasta hace pocos años, destaca el mensaje que llevan los cristianos misioneros al resto del mundo frente a la pandemia del coronavirus: "Es un momento muy apropiado para volverse a Dios".
El P. Luis Montes, sacerdote argentino misionero del Instituto del Verbo Encarnado que ha vivido por más de dos décadas en Medio Oriente, destacó que "nosotros estamos en contacto con la muerte permanentemente y eso hace que olvidemos nuestras pequeñeces y pensemos en lo que realmente importa".
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La guerra que desató el grupo terrorista Estado Islámico dejó en Irak decenas de miles de muertos y más de cinco millones de desplazados. Los extremistas musulmanes apuntaron su masacre especialmente contra cristianos, musulmanes chiitas y yazidíes.
Entre sus distintas denominaciones, los cristianos no suman más del 1% de los 38 millones de ciudadanos de Irak.
Al 7 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que se han registrado en el mundo 1.279.722 millones de casos de coronavirus COVID-19, así como 72.614 muertes.
En Irak se han confirmado 1.031 casos y se han registrado 64 muertes.
Para el P. Montes, actualmente a cargo de la Catedral de Rito Latino de Bagdad junto al P. Jorge Cortez, señaló que "una realidad de aquí, en estos países donde el cristianismo es perseguido, es que durante la guerra, con los atentados, con la violencia, con el terrorismo yihadista, la gente tiene muy presente la muerte y eso hace que muchas tonterías que vive la gente en otros lados pierdan fuerza y que uno se centre en lo que verdaderamente importa: la unión con Dios, vivir bien, hacer el bien, tener la mirada puesta en el Cielo, donde el Señor nos espera para que gocemos de Él por toda la eternidad".
"El mensaje que nosotros quisiéramos que llegue a todo el mundo", dijo, es que el momento actual con la pandemia de coronavirus COVID-19 es "muy apropiado para volverse a Dios. Dios derrama abundantes bendiciones y nos espera, y es por eso que es un momento adecuado para mirarlo a Él. Como hermosamente decía Juan Pablo II, 'miradlo a Él'".
"Y cambiar de vida, arrepentirse de los pecados, pensar en el premio eterno que nos espera si vivimos de acuerdo con los mandamientos que nos da Nuestro Señor Jesucristo", señaló.
El P. Montes señaló que "conocemos casos muy hermosos en distintas partes del mundo. Cómo la gente al no poder ir a Misa, al sentirse encerrados, en cierto modo confrontados con la muerte, están rezando más, están volviendo a Dios, están extrañando no poder recibir los sacramentos".
"Dios es todopoderoso y aun de los males saca bienes. A nosotros nos consta", dijo, y explicó que "el coronavirus, esta pandemia, les ha hecho pensar un poco más en las postrimerías y eso ha hecho que muchos ahora se estén acercando a Dios y esa es una gran bendición que Dios saca de esta tragedia".
El misionero argentino señaló que "aquí en Irak, particularmente en Bagdad, es una Semana Santa muy especial porque por el tema del coronavirus la mayoría de las iglesias están cerradas".
"El Patriarca Caldeo decidió que no se celebre con fieles y es así que las ceremonias de Semana Santa para la Iglesia Caldea, que son la mayoría de las parroquias de la ciudad, van a ser sin fieles, solamente con algunas de las personas que trabajan ahí, a puertas cerradas, las van a transmitir por internet".
"Para nosotros, en cambio, no es así porque el Arzobispo de rito latino decidió que nosotros no cerramos la iglesia. Así que estamos celebrando todos los días la Santa Misa y también se van a celebrar las ceremonias de Semana Santa".
"Lo único que se cambio es la Misa Crismal, que se va a hacer más adelante y algunas partes de las ceremonias que se suprimen, por ejemplo el lavatorio de pies, como vino estipulado desde el Vaticano", indicó.
El P. Montes precisó que "no puede venir tanta gente porque hay reclusión por parte del gobierno. La gente no puede salir a la calle, por ejemplo, en auto. Así que nos que vienen a la Misa son los que están más o menos cerca que pueden venir caminando".
"Para nosotros es una gran alegría poder seguir celebrando, mantener la iglesia abierta, sobre todo en la Semana Santa", destacó.
La Catedral, dijo, "es grande, se puede mantener las distancias, se tienen cuidados especiales, como que haya gel en la entrada para que la gente se pueda poner".
"Se ponen los medios necesarios, pero gracias a Dios no hemos tenido que cerrar la iglesia", añadió.
El P. Montes indicó luego que "en estas ceremonias rezamos muy especialmente por todas aquellas personas que tanto en Bagdad como en Irak como en todo el mundo, en este momento, no pueden recibir la Santísima Eucaristía ni participar de las ceremonias de Semana Santa, porque tienen las iglesias cerradas".
"Los tenemos muy presentes", señaló, y añadió que "rezamos por el fin de la pandemia. Rezamos para que esta catástrofe que significa la pandemia la gente la aproveche para acercarse a Dios".