Mons. Joseph Alessandro, quien vivió y trabajó en Kenia por 14 años, declaró que después de cinco años del ataque terrorista en la Universidad de Garissa, aún hay atentados que en los últimos dos meses dejaron 60 fallecidos.
El 2 de abril de 2015, la Universidad de Garissa sufrió un atentado terrorista por parte del grupo yihadista vinculado a Al Qaeda, Al Shabab, que dejó 148 estudiantes fallecidos, mayormente cristianos de distintas confesiones.
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Para Mons. Alessandro, Obispo de Garissa desde el 2015 el ataque significó un "shock" para la Iglesia, pues entre las víctimas había católicos a los que admiraba por su nivel de compromiso y participación en la Iglesia. Relató que luego del atentado, periodistas internacionales preguntaron a los fieles si tenían miedo de acudir a la Iglesia, a lo que respondieron: "Sí, tenemos miedo, pero si tenemos que morir, mejor morir en la iglesia, que en la calle".
El Obispo de Garissa señaló que "gracias a Dios", todo ha vuelto "casi a la normalidad"; sin embargo, aún "hay ataques esporádicos de estos grupos terroristas en nuestra diócesis" y dijo que los dos últimos meses hubo 16 atentados, de los que resultaron 60 personas fallecidas.
El Prelado informó que "hay muy pocos católicos" en la Diócesis de Garissa, pese a que es la más grande del país; pues, la mayoría de personas provienen del interior de Kenia y están en Garissa porque trabajan como "empleados del Gobierno, funcionarios, profesores, enfermeras o médicos, también hay unos pocos empresarios". Otra razón es que las siete diócesis están muy dispersas entre sí, "las carreteras no son buenas" y "no hay seguridad", sobre todo cuando hay ataques terroristas en las carreteras, añadió.
Ante esta situación, la Iglesia se reúne periódicamente con un equipo de líderes religiosos musulmanes, protestantes, católicos, metodistas y otros para crear un vínculo que les permita entablar "un diálogo con la población local", afirmó Mons. Alessandro. Esto facilita alertarse de posibles ataques terroristas y tranquilizar más efectivamente a la población en medio de estas situaciones de riesgo.
"Tenemos que seguir adelante. Los ataques los perpetran extremistas, no todos son así", dijo Mons. Alessandro. "Intentamos, por nuestra parte, educar a nuestra gente para que diferencien entre los terroristas y los que no lo son, también entre los musulmanes", señaló y explicó que esto lo hacen con apoyo de los propios musulmanes, quienes a pesar de sus diferencias, están convencidos que deben "convivir como hermanos y hermanas".
"Es cierto que la Iglesia es universal, esa es la belleza de la Iglesia", señaló Mons. Alessandro, para quien el apoyo entre la Iglesia en África y Occidente es mutuo, pues la primera necesita de ayuda material, mientras que la segunda necesita de sacerdotes, al contar con pocas vocaciones. "Es un intercambio, la Iglesia está muy viva y es muy activa de esta manera", afirmó.
Finalmente, el Obispo de Garissa dijo que siente "un gran aprecio por los benefactores", pues "si no fuera por su ayuda, creo que la Iglesia no estaría donde está ahora". Asimismo, dijo que aún necesitan estructuras, "no solo para las escuelas, sino también para acomodar a las comunidades religiosas e incluso a los sacerdotes, que también necesitan un sustento. Todo el mundo tiene algo que dar y todo el mundo tiene algo que recibir", concluyó.