Un monasterio de monjes trapenses en Iowa ofrece ataúdes gratuitos para las familias con dificultades financieras que han perdido a un ser querido en Estados Unidos.
Este inusual, pero necesario acto de caridad es brindado por la Abadía de New Melleray, que desde 1999 ofrece oraciones por los fallecidos y se auto sostiene elaborando ataúdes. El monasterio anunció la semana pasada que empezará a ofrecer gratuitamente los ataúdes para apoyar a las familias afectadas económicamente por el COVID-19.
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"El virus COVID-19 afectará a muchas familias que son financieramente vulnerables y no están preparadas para ello. Además de su dolor, se preguntarán: ¿dónde vamos a acostar a nuestro ser querido que se ha ido de nosotros tan inesperadamente?", dijo en un comunicado, el P. Mark Scott, Abad de la orden.
Los monjes de New Melleray elaborarán los ataúdes de madera, utilizando árboles de pino completamente maduros que cosechan en el bosque de la abadía, ubicada en el condado de Dubuque.
Asimismo, los monjes bendecirán todos los ataúdes donados, rezarán por los fallecidos y enviarán una tarjeta de recuerdo a las familias en el primer aniversario de fallecimiento y, como acostumbran, plantarán un árbol como un monumento vivo por cada ataúd realizado.
La orden ya ha recibido algunas solicitudes de ataúdes gratuitos desde el 25 de marzo, fecha en la que anunciaron la iniciativa, dijo la directora de administración de la abadía de New Melleray, Marjorie Lehmann, en declaraciones a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI.
"La oferta de brindar ataúdes gratuitos es una medida temporal diseñada para aliviar económicamente a las familias que están sufriendo estrés financiero debido al COVID-19", añadió.
Lehmann señaló que si bien los monjes viven una vida oculta de oración, son muy conscientes de los acontecimientos actuales, y es por ello, que ofrecen los ataúdes gratuitos, como un gesto de estar cerca de las víctimas de la pandemia y de quienes afrontan dificultades financieras.
"Los monjes están realizando este servicio como una expresión de solidaridad con todos los que sufren por la crisis del COVID-19", pues "ellos creen que enterrar a los muertos es un trabajo corporal de misericordia y dado que están enclaustrados, esta es la forma en que pueden llegar al mundo y ayudar en momentos de necesidad", agregó.
Más de un millón de personas han sido infectadas con el nuevo coronavirus y más de 70 mil han muerto en todo el mundo. En EE.UU., que actualmente es el país más afectado por el COVID-19 del mundo, ya son más de 10 millones de personas que están desempleadas en las últimas dos semanas, debido a las medidas obligatorias gubernamentales para contener la expansión del virus, que han forzado al cierre de numerosas empresas y organizaciones.
El virus es un peligro potencial para cualquiera y aún no se ha visto todo el impacto que traerá esta pandemia, es por ello que "cualquiera podría estar sin trabajo debido al cierre de sus centros laborales. Realmente cualquiera podría afrontar estrés financiero o necesitar de la facilidad de enterrar a su ser querido, y un ataúd donado podría significar un pequeño alivio para esa persona", señaló Lehmann.
Con la donación de ataúdes "se trata de honrar la vida de alguien. El respetar a la persona que fallece es honrar la vida de esa persona y validarla", dijo Lehmann y destacó que "la gente necesita gente para mostrar compasión y este es un gesto muy pequeño de lo que muchos podrían necesitar en esta pandemia".
Por medio de la iniciativa se busca "ser compasivos y hacer que las personas sepan que no están solas, que estamos pensando y oramos por ellas y estamos aquí para ayudarles de esta manera. No hay razón para no hacerlo", agregó.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente por CNA.