La Conferencia Episcopal Italiana (CEI) dijo que este viernes 27 de marzo, todos los obispos del país que tengan la oportunidad de ir a un cementerio en su diócesis, dediquen un momento de recogimiento, con una bendición y una vigilia de oración.
"La intención es confiar a la misericordia del Padre a todos los fallecidos de esta pandemia, así como también expresar la cercanía de la Iglesia a quienes están llorando y sufriendo. Este será el 'Viernes de la Misericordia' de la Iglesia italiana; un viernes de Cuaresma, en el que la mirada al crucifijo invoca la consoladora esperanza de la Resurrección", indicó la CEI.
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En la Diócesis de Roma el encargado fue Mons. Guerino Di Tora, obispo auxiliar del sector norte, quien asistió al Cementerio comunal monumental Campo Verano.
El Arzobispo de Turín, Mons. Cesare Nosiglia, estuvo encargado del cementerio de la capital de Piamonte y al de Susa, ciudad de la que es administrador apostólico.
En Agrigento, en la costa sur de la isla de Sicilia, el Cardenal Francesco Montenegro visitó el cementerio de Bonamorone.
El Cardenal Matteo Zuppi, Arzobispo de Bolonia, celebró la Misa por los fallecidos en la iglesia de San Girolamo della Certosa, a cuyo lado hay un cementerio.
En Nápoles, el Cardenal Crescenzio Sepe rezó en el cementerio de Poggioreale.
El Arzobispo de Bari, Mons. Francesco Cacucci, celebró la Misa en el cementerio monumental de la ciudad de Apulia.
El Obispo de Bérgamo, Mons. Francesco Beschi, fue al cementerio de la ciudad. Bérgamo es el centro italiano más afectado por el coronavirus.
En Perugia, el Cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal italiana, fue al cementerio monumental para rezar por todas las víctimas de la pandemia.
El Arzobispo Bruno Forte llegó al cementerio de Chieti y recitó una oración por los difuntos a causa del coronavirus en nombre de toda la Iglesia diocesana, rezando también por los enfermos, médicos y trabajadores de la salud.
El Obispo de Prato, Mons Giovanni Nerbini se reunió en oración en el Cementerio de la Misericordia bendiciendo las tumbas de los difuntos.
En Génova, el Cardenal Angelo Bagnasco fue al cementerio monumental de Staglieno y se detuvo a recordar a los difuntos y orar por ellos.
Mons. Mario Delpini, Arzobispo de Milán, visitó el cementerio mayor antes de llegar a los de Lambiate y Greco.
El Patriarca de Venecia, Francesco Moraglia, llegó al cementerio de San Michele in Isola para orar.