Con más de 1.500 casos de coronavirus que se han extendido en al menos 43 países de África, las agencias católicas de ayuda humanitaria están colaborando para detener la propagación de la pandemia en este continente.
El brazo humanitario internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), Catholic Relief Services (CRS), ya ha iniciado una serie de respuestas frente al COVID-19 en más de 15 países y asegura que se han preparado para suplir las necesidades y hacer los ajustes apropiados. Así lo dijo el 20 de marzo a ACI África –agencia del Grupo ACI– Michael Stulman, gerente global de Marketing y Comunicaciones de CRS.
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"Esto incluye ayudar a los sistemas de salud gubernamentales y religiosos a aumentar la capacidad, la promoción de la higiene y la provisión de suministros de protección esenciales para los trabajadores de la salud y los movilizadores de la comunidad", dijo Stulman.
Con cerca de 25 casos del nuevo coronavirus confirmado en Kenia, en África Oriental, CRS tiene una "fuerte combinación de intervenciones planificadas y vigentes contra el COVID-19, y que se están llevando a cabo conjuntamente con el equipo de respuesta rápida del Gobierno de Kenia", agregó el especialista.
También comentó que "a través del Core Group Polio Project de USAID [Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional], CRS trabaja en Nairobi en la vigilancia de enfermedades de la comunidad local y mantiene fuertes lazos con la fuerza laboral de salud comunitaria y los equipos de gestión de salud del condado".
"Construyendo sobre estas relaciones, y con fondos privados complementarios de CRS, estamos apoyando al Ministerio de Salud para implementar actividades de prevención y respuesta de COVID-19", añadió.
El objetivo "es mejorar la capacidad de los establecimientos de salud y los trabajadores de salud comunitarios para lograr la detección temprana, el aislamiento y el rastreo de contactos de los casos de COVID-19", dijo el gerente de CRS.
Stulman reveló que entre el 16 y el 20 de marzo CRS apoyó la capacitación de 30 miembros del equipo de administración de salud del condado de Nairobi y a otros 70 miembros de otras divisiones territoriales.
La experiencia adquirida en estas capacitaciones se está transmitiendo a otros 250 trabajadores de atención médica de primera línea y 500 voluntarios de salud comunitaria que representan a las 10 divisiones territoriales de Nairobi, dijo el funcionario de CRS a ACI África.
Dado que la higiene es fundamental para combatir la propagación del COVID-19, el experto en comunicación reveló que CRS Kenya está adaptando parte de su programación para incorporar mensajes sobre el lavado de manos e higiene.
"Esto incluye el programa MWENDO, un proyecto financiado por USAID que apoya a huérfanos, niños vulnerables y niños afectados por el VIH/SIDA en 17 condados. CRS ahora está distribuyendo materiales básicos de saneamiento a un conjunto prioritario de las familias más vulnerables a las que servimos", dijo Stulman
En Etiopía, donde hay doce casos confirmados, CRS está "priorizando los esfuerzos para minimizar la propagación de COVID-19 a través de asociaciones cercanas con el Ministerio de Salud, el gobierno local, las Misioneras de la Caridad, las instituciones de la Iglesia Católica de Etiopía (incluidos los hospitales católicos), centros de salud, clínicas, centros de atención y escuelas) y otros socios locales", dijo Stulman.
El objetivo de estos esfuerzos, explicó, es el desarrollo de capacidades, capacitación y supervisión efectiva de la prevención y la mitigación, incluida la provisión de guantes, delantales, máscaras, desinfectantes y otros materiales higiénicos.
"En varios otros países africanos, incluidos Burkina Faso, la República Democrática del Congo, Ghana, Madagascar y Uganda, CRS se enfoca en mejorar el agua, el saneamiento y la higiene dentro de las instalaciones de salud e identificar formas en que estos programas críticos también pueden ser una fuente que aumente la capacidad para lidiar con el COVID-19", añadió.
El funcionario de CRS expresó su preocupación por la propagación del virus en los países africanos.
"El creciente número de casos en estados frágiles es extremadamente preocupante, ya que los sistemas de salud están afectados y el acceso de las personas al agua limpia y a los suministros de higiene es limitado. El nivel de vulnerabilidad es especialmente alto para las poblaciones desarraigadas y de refugiados, así como para las familias y comunidades extremadamente pobres, personas que tienen poca o ningún tipo de seguridad", comentó.
"Nuestra presencia de larga data en estas comunidades, y las relaciones con las instituciones locales de salud, gobiernos y organizaciones, han sido y seguirán siendo fundamentales para nuestra capacidad de escalar rápidamente", agregó.
Además de CRS, también están en marcha los planes para que Trocaire, la agencia de ayuda exterior de los obispos católicos de Irlanda, se una a la lucha contra COVID-19 en África.
"Estamos trabajando en las partes afectadas de la República Democrática del Congo. Mucho de lo que hacemos es brindar higiene y alentar un cambio en las normas sociales", dijo el 19 de marzo a ACI África el director de comunicaciones de Trocaire, Ciaran Gallagher.
"Estamos hablando con socios locales para ver cómo podemos ayudar a prevenir la propagación del coronavirus. Eso significará financiar mensajes de salud pública y proporcionar agua y jabón", aseguró.
A pesar de la experiencia de combatir brotes de enfermedades como el ébola, Gallagher señaló que el "COVID-19 es diferente a otros trabajos de respuesta porque no está aislado de una región o país. Cada país está en riesgo, por lo que tenemos que gestionar ese riesgo en todos los países en los que trabajamos".
Según el funcionario de Trocaire, "el gran temor es que el virus esté siendo reportado de manera insuficiente en muchos países africanos. Lugares como Sudán del Sur, por ejemplo, no tienen casos, pero eso puede deberse a que no tienen la capacidad de realizar pruebas".
En conferencia de prensa en Ginebra (Suiza), el 18 de marzo, el presidente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que la propagación del COVID-19 en África podría ser desastroso.
"África debería despertarse; en otros países hemos visto cómo el virus se acelera después de cierto punto de inflexión", dijo.
Burkina Faso se convirtió en el primer país del África subsahariana en registrar una muerte de COVID-19.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en ACI África.