La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) invitó a los fieles católicos y a hermanos de otras confesiones cristianas a rezar el Padre Nuestro al mediodía del 25 de marzo (hora del centro de México), pidiendo a Dios "que nos conceda la salud y el fin de esta pandemia" del coronavirus COVID-19.
En un comunicado publicado el 23 de marzo, la CEM hizo el llamado "con ojos de fe y corazón de pastores, contemplando con esperanza cristiana el sufrimiento y el dolor de tantas personas por la propagación del COVID-19".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Los obispos de México subrayaron que el 25 de marzo es el "día en el que recordamos el misterio de la Encarnación del Verbo, tras el sí de María al anuncio del Ángel".
Además, la CEM invitó "a unirnos a la oración que realizará el Santo Padre en la plaza de San Pedro el día 27 de marzo a las seis de la tarde (hora de Roma), donde impartirá la bendición urbi et orbi otorgando la indulgencia plenaria al mundo entero".
El 23 de marzo, la Organización Mundial de la Salud informó que se han confirmado 332.930 casos en todo el mundo y 14.509 muertes.
El Gobierno de México informó el 23 de marzo que "se han confirmado 367 casos y cuatro defunciones por COVID-19".
Distintas diócesis mexicanas han suspendido la celebración pública de la Santa Misa, pero han invitado a los fieles a seguir la Eucaristía a través de la televisión o las redes sociales. En muchos casos, los templos permanecen abiertos con el Santísimo Sacramento expuesto.
La CEM indicó en su comunicado que "como Iglesia queremos responder a la pandemia con la unidad y universalidad de nuestra oración, para que el Señor escuche nuestro corazón contrito y humillado y obtengamos su misericordia".
"Hoy más que nunca es tiempo de vivir la caridad, mostrando nuestra compasión y ternura a todos los enfermos; ser solidarios para socorrer a los necesitados y desamparados que no tienen hogar ni empleo; estar cercanos a los médicos, enfermeras y a todos los agentes sanitarios que se entregan y luchan incansablemente por salvar vidas humanas; y estar próximos a todos los que buscan mantener la estabilidad y el bienestar de los ciudadanos en estos tiempos de crisis".
Al finalizar su mensaje, los obispos de México expresaron su deseo de que "todos los mexicanos recurramos con gran confianza y esperanza a Santa María de Guadalupe, para que nos ayude a ser una casita sagrada, lugar de encuentro y cercanía, donde nadie se sienta solo ni extraño".