El Obispo de Caravelí (Perú), Mons. Reinhold Nann, dio "permiso" para que "los sacerdotes puedan escuchar confesiones por teléfono" por el tiempo que dure el estado de emergencia a raíz de la pandemia del coronavirus, a pesar que la Iglesia enseña que el sacramento es presencial.
El Prelado de origen alemán anunció esta decisión en un comunicado emitido el 15 de marzo, el mismo día en que el Gobierno peruano declaró el estado de emergencia nacional y aislamiento social obligatorio por 15 días, además del cierre de fronteras para enfrentar la pandemia del COVID-19, que hasta el momento ha infectado en el país a 234 personas, y provocado la muerte de un anciano de 78 años.
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Mons. Nann también indicó que durante este periodo no se celebré Misas o liturgias públicas con asistencia de fieles, con excepción de los conventos para los miembros de sus comunidades religiosas.
Entre otras medidas, pidió "que se mantengan abiertas las iglesias todo el día" para los fieles que quieren entrar a orar, que los sacerdotes celebren Eucaristías privadas y que se emitan por las redes sociales, y que "llamen a sus fieles por teléfono, por mensaje, por redes sociales" para acompañarlos.
"Doy permiso, que los sacerdotes puedan escuchar confesiones por teléfono", añadió el Obispo de 59 años, que llegó al Perú en 1991 y tiene un bachillerato en Teología con el trabajo "María en la Teología de la Liberación".
Sin embargo, en el Denzinger-Schonmetzer nº 1994, manual de teología dogmática que contiene las enseñanzas de la Iglesia y que deben ser respetadas por todos sus miembros, señala que "para la validez de la Confesión es imprescindible la presencia física del penitente ante el confesor. Por lo tanto la Confesión por cualquier otro medio no sólo no es válida sino que también es sacrílega".
Además, el documento "Iglesia e Internet" de la Santa Sede, en su numeral 9 señala que "no existen los sacramentos en Internet" y esto se aplica al teléfono o cualquier otro medio remoto.
Asimismo, en un artículo publicado ayer 18 de marzo por CNA –agencia en inglés del Grupo ACI–, el miembro de la Comisión Teológica Internacional del Vaticano, P. Thomas Weinandy, señaló que "la presencia física es absolutamente válida para la promulgación del sacramento".
"La razón por la que digo eso es porque el sacramento es la acción de Cristo realizada por el ministro, y para que esa acción tenga lugar, el sacerdote y el penitente deben estar en comunión unos con otros, de manera física", indicó.
La confesión es un "intercambio interpersonal", la presencia física del confesor y el penitente apuntan al significado de la Encarnación de Jesucristo, reiteró.
El miembro de la Comisión Teológica Internacional del Vaticano explicó que "los sacramentos fluyen de la Encarnación, y por eso, tiene que haber una presencia corporal de quien está promulgando el sacramento, y de quien está recibiendo el sacramento. Están haciendo el sacramento juntos".
En el siglo XVII, la Iglesia declaró que la confesión por carta era inválida. Más recientemente, en 2011, el entonces portavoz vaticano, P. Federico Lombardi, respondió a la propuesta de que la confesión sacramental podría algún día tener lugar mediante una aplicación de iPhone.
"Es esencial comprender bien que el sacramento de la penitencia requiere necesariamente la relación de diálogo personal entre el penitente y el confesor y la absolución del actual confesor", dijo el P. Lombardi, y por tanto no se puede hablar de ninguna manera de 'confesión por iPhone', agregó.
Los sacerdotes en algunas partes del mundo han ideado formas creativas para ofrecer el sacramento de la Confesión durante la pandemia de coronavirus, siempre con presencia del penitente. Si bien la Iglesia no va a cambiar los elementos esenciales del sacramento, dijo el P. Weinandy, el ministerio pastoral creativo encontrará formas nuevas y creativas de extender el don de la misericordia de Dios.