La Arquidiócesis de Bogotá (Colombia) consagró la ciudad al Señor de Monserrate durante la Misa celebrada ese 19 de marzo, solemnidad de San José, para pedir por la salud y bienestar de todo el mundo.
El Señor de Monserrate es una estatua que representa a Jesús durante una de las caídas en el camino al Calvario. Se llama Jesús Caído y se venera en el santuario erigido en la cima del cerro de Monserrate, que es un lugar de peregrinación religiosa desde el virreinato.
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La Santa Misa fue celebrada por el Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, Cardenal Rubén Salazar Gómez, y concelebrada por los obispos de las diócesis de Soacha, Fontibón y Engativá a las 10:00 a.m.
El Cardenal Salazar pidió a Dios que conceda a todos los fieles abundante paz, y recordó "que Dios está con nosotros, que Dios camina con nosotros".
En su homilía, el Purpurado indicó que la Misa se celebra para pedir desde "lo más profundo de nuestro corazón la misericordia del Señor, sobre nuestra ciudad y sobre todo el territorio nacional y el mundo entero".
Colombia ha confirmado 108 casos de infectados por el nuevo coronavirus, situación que ha llevado al Gobierno a cerrar todas las fronteras terrestres y marítimas, con el fin de parar el avance de la enfermedad.
Además, el Presidente Iván Duque anunció este 19 de marzo un simulacro de aislamiento obligatorio desde medianoche del día de hoy, hasta la medianoche del lunes 23 de marzo.
Frente a la situación difícil por la incertidumbre, el Cardenal Salazar pidió recordar la figura de San José, que es un hombre que "acata la palabra de Dios, que la hace suya, que la lleva a la práctica con alegría, en medio de mil preguntas que seguramente le surgían en su corazón".
Como hombre de esperanza debemos "confiar en el Señor, la esperanza se apoya en la fe, y la fe nace de la esperanza, ahí hay un círculo virtuoso", agregó.
El Purpurado recordó que Dios es un "Padre lleno de ternura y de bondad y de misericordia para con nosotros, y por lo tanto nos apoyamos en Él, que es el único que no nos falla, para seguir adelante, para confiar, para no perder el ánimo".
Además, animó a llevar la esperanza y la fe a las demás personas, y resaltó que, en esta situación atípica en la que se vive la Cuaresma, los fieles deben renovarse acompañando la Santa Misa por los medios de comunicación, que "nos brindan la oportunidad de unirnos de corazón a estas celebraciones".
Asimismo, subrayó que, como defensores de la vida, los católicos deben poner todos los medios para preservar la salud de los otros, siempre tomando las medidas dadas por el gobierno y la Iglesia con alegría y paz.
Oremos para que Dios "tenga misericordia de nosotros y pare pronto esta pandemia que está causando tantos estragos en el mundo entero, y que nos dé a todos nosotros la posibilidad de superar las dificultades de salud que se puedan presentar", agregó.
Finalmente, recordó que orar por otros es el primer vínculo de solidaridad y pidió a todos los fieles cuidar de los más frágiles, de aquellos que "van a entrar en crisis económica, van a entrar en crisis alimentaria, van a entrar en situaciones de verdadera calamidad pública", por las medidas tomadas para contener la propagación del coronavirus.
"Pidamos al Señor que no permita que desfallezca nuestra esperanza", nuestra caridad y amor, para "que salgamos de esta situación con el corazón inflamado en el amor del Señor", concluyó.