Esta semana el diario The Arizona Republic reveló que el recientemente nombrado Obispo de Phoenix, Mons. Thomas J. Olmsted, pasó la Nochebuena orando frente a una clínica abortista de la Planned Parenthood, junto con más de 200 activistas pro-vida.
Aunque la presencia del Prelado fue silenciosa, muchas personas se sumaron a la oración de la manifestación pro-vida más grande de los últimos años.
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En declaraciones a la prensa local, el Obispo afirmó que “Navidad es la celebración de que Dios se ha hecho uno de nosotros, entrando completamente en nuestra vida humana, especialmente como un no-nacido en el vientre de su madre”.
“Estoy aquí para orar, no para protestar. Estoy aquí para rezar por las madres y los bebés no nacidos, especialmente aquellos que se encuentran en situaciones difíciles, para que alcancen la ayuda que necesitan”, agregó el Prelado.
Asimismo, Mons. Olmsted resaltó que “esto es el Calvario, una víctima inocente está muriendo aquí”.
Finalmente, el Prelado afirmó que “tengo una especial obligación, sobretodo a los católicos en cualquiera de las posiciones que ocupen en la sociedad, de explicar las enseñanzas de la Iglesia y compartir las buenas noticias sobre la vida”, y concluyó recordando que “eso incluye a los políticos”.