El Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de México, pidió a sus compatriotas iniciar el año 2004 con renovada esperanza y el compromiso de concretar cambios en su historia personal y comunitaria.
En la Misa que celebró ayer en la Catedral Metropolitana, para dar gracias por el año 2003, el Purpurado reconoció que en México no es difícil sentirse pesimista cuando se palpa la cultura de la violencia, una situación económica deteriorada, criminalidad en aumento y reformas frustradas.
Sin embargo, el Arzobispo recordó que iniciar un año nuevo debe devolver la esperanza en el amor de Dios.
Asimismo, pidió a los mexicanos asumir su compromiso con la historia y lidiar con los males presentes con la seguridad de que “Dios está con nosotros”.
El Cardenal Rivera precisó que vivir la esperanza implica buscar cambios en la historia personal y comunitaria; y pidió a los mexicanos no iniciar el año nuevo sin la intención de arrepentirse por los errores, infidelidades e incoherencias.
El Purpurado enfatizó que “la celebración del año nuevo es un llamado a poner en práctica la responsabilidad en nuestras familias y en la sociedad para que la esperanza no se convierta en un sueño”.
Este año, agregó, “debemos tener la capacidad de imaginar y construir el futuro, según el proyecto de Dios y superar la tendencia a esperar pasivamente el futuro y tener el valor de enfrentarlo, empleando formas concretas de compromiso para asegurar un futuro mejor y librarnos de los males y culpas que nos agobian”.