Antes de rezar el Angelus este mediodía con miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro, el Papa Juan Pablo II recordó que en este primer domingo del nuevo año “la liturgia vuelve a proponer a nuestra meditación la estupenda página del prólogo del Evangelio de San Juan”.
El Pontífice meditó en torno al prólogo del Evangelio de San Juan que se lee el segundo domingo del tiempo de Navidad; pero sólo en aquellos países -como Italia y España- donde la Fiesta de la Epifanía se sigue celebrando el 6 de enero.
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El Santo Padre dijo que al afirmar que “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”, San Juan “insiste con fuerza en la realidad de la Encarnación. Une dos términos aparentemente incompatibles ‘Verbo’ y ‘carne’. ¡Sí! Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre. Es el Unigénito Hijo de Dios, que Juan y los demás apóstoles han ‘visto’, ‘oído’, ‘tocado’. En su humanidad habita toda la plenitud de la divinidad”.
“Guiados por el evangelista Juan, acerquémonos al misterio del Niño de Belén, en el que Dios ha revelado plenamente su rostro. Detengámonos en silencio con la Virgen María ante el Verbo eterno que se ha hecho un niño pequeño por nosotros. A cuantos creen en su nombre, hoy como entonces, concede el ‘poder de llegar a ser hijos de Dios’. ¡Este es el misterio y el don de la Navidad!”, concluyó el Papa.