Mons. Jesús Sanz Montes, Arzobispo de Oviedo (España) animó en su carta semanal a no dejarse llevar por el miedo suscitado por el coronavirus y "no ceder a la epidemia del miedo", a la vez que subrayó la necesidad de seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias para evitar su contagio.
Según explica, en este mundo globalizado "las comunicaciones hacen que todo sea más fácil traer y llevar" , lo que "implica factores positivos y negativos, para bien y para mal" y entre los que se destaca desde hace años "una serie de pandemias que recuerdan a las pestes que asolaron a la humanidad en los siglos pasados" y a los que hemos tenido que reaccionar ante el sida, el ébola, y ahora estamos ante esta nueva epidemia del coronavirus.
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Mons. Sanz hizo un llamamiento al atajo de esta enfermedad contagiosa y a su prevención siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias.
Además calificó de "interesante y ponderada" la reflexión del Obispo de la Diócesis de Ars-Belley (Francia), Mons. Pascal Roland.
Este Obispo francés explica que "más que a la epidemia de coronavirus, debemos temer a la epidemia del miedo" y anima a incorporar "las precauciones elementales que todos toman espontáneamente para no contaminar a otros cuando están enfermos".
Mons. Sanz precisa que el Obispo francés recuerda que "en situaciones mucho más serias como las grandes plagas, cuando los medios sanitarios no eran los de hoy, en las poblaciones cristianas se hicieron oraciones colectivas rezando a Dios, y se organizaron para ayudar a los enfermos, asistir a los moribundos y sepultar a los fallecidos".
"Los discípulos de Cristo no se apartaron de Dios ni se escondieron de sus semejantes, sino todo lo contrario", subrayó el Prelado.
También explicó que el pánico colectivo que estamos presenciando hoy "revela nuestra relación distorsionada con la muerte" y "manifiesta la ansiedad que provoca la pérdida de Dios".
"Disponiendo de técnicas cada vez más sofisticadas y más eficientes, pretendemos dominarlo todo olvidando que no somos los señores de la vida", aseguró el Obispo francés y recordó que "cada año en Francia, la banal gripe estacional afecta a entre 2 y 6 millones de personas y causa alrededor de 8 mil muertes y que el alcohol es responsable de 41 mil muertes por año, y que se estima en 73 mil las provocadas por el tabaco".
Además concluye con la reflexión de que "un cristiano no se pertenece a sí mismo, su vida debe ofrecerse, porque sigue a Jesús" y aunque "ciertamente, no se expone indebidamente, tampoco trata de preservarse. Siguiendo a su Maestro y Señor crucificado, el cristiano aprende a entregarse generosamente al servicio de sus hermanos más frágiles, con miras a la vida eterna".
Por eso Mons. Sanz anima a poner "los medios prudentes que nos van indicando las autoridades sanitarias para prevenir y atajar esta epidemia, pero con una visión sensata y cristiana de las cosas, sin obsesionarnos desmedidamente".
"Abordemos la epidemia del coronavirus, pero no cedamos ante la epidemia de miedo. Como diría el Papa Francisco: ¡no os dejéis robar la esperanza!", subrayó .
Puede leer la carta integra AQUÍ.