Al cumplirse 10 años del terremoto que afectó la zona centro y sur de Chile, Ayuda a la Iglesia que Sufre en Chile (ACN siglas en inglés) recordó el trabajo físico y espiritual que se desarrolló ante la emergencia.
Aproximadamente a las 3:34 a.m. del sábado 27 de febrero de 2010, Chile sufrió un terremoto 8.8 en la escala Richter y un posterior tsunami en sus costas.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El movimiento telúrico dejó alrededor de 500 muertos y dos millones de damnificados, situándose como una de las diez catástrofes naturales más fuertes registradas en el mundo.
Magdalena Lira de ACN Chile explicó que "el 80 % de la infraestructura de los templos en la zona centro y sur del país fue dañada o destruida por completo. Eso significó que las comunidades, en ese momento de gran dolor, perdieron su lugar de encuentro y oración".
En conversación con ACI Prensa, Lira recordó que "las necesidades eran gigantescas" y para atender rápida y eficazmente el aspecto eclesial se lanzó la campaña solidaria que se tituló "Capillas de Emergencia: Reconstruyamos Chile con Cristo".
"Pensamos, así como hacen hospitales de campañas, hagamos capillas de emergencia en los lugares más afectados por el terremoto para que a las personas vuelvan a encontrar ese espacio de encuentro y sostén espiritual", indicó.
La institución internacional que apoya a los cristianos perseguidos, oprimidos o que tienen necesidades pastorales recibió el apoyo del arquitecto y consejero de ACN, Gonzalo Mardones, quien diseñó y donó las "capillas de emergencia".
Cada capilla consta de una estructura de fierro con cubierta vinílica resistente al agua, con una superficie de 185 metros cuadrados y con capacidad para 100 personas.
Entonces, ACN Chile se contactó con las diócesis más afectadas como Rancagua, Talca, linares, Chillán, los Ángeles y Concepción para conocer dónde era necesario levantar las "capillas de emergencia", en aquellas comunidades donde quedó todo absolutamente destruido.
Cada capilla tuvo un valor de 15 millones de pesos chilenos (unos 28 mil dólares de la época) que fueron recaudados con donaciones particulares.
Se levantaron un total de 45. Además ACN Chile apoyó la restauración de dos parroquias con valor patrimonial en la localidad de Colbún y Panimávida; y las capillas del Monasterio Santa María de Guadalupe en Chillán y la Iglesia San Pedro en Cauquenes.
Asimismo, se apoyó la construcción de tres parroquias ubicadas en las localidades de Cumpeo, Llico y Talcahuano; y una capilla en Totihue.
Magdalena Lira explicó que muchas de esas capillas de emergencia hoy se utilizan para la catequesis y la vida pastoral. Otras comunidades, por falta de recursos, aún siguen realizando sus Misas en las carpas.
"La campaña post 27/F no solo fue un trabajo de ayuda física ante la emergencia, sino también nos avocamos cien por ciento a entregar un espacio para que las personas pudieran volver a encontrarse y tener consuelo espiritual", recordó Lira.
En ese sentido, "agradecemos profundamente la solidaridad y los gestos de las personas que demostraron que cuando se trabaja en unión se pueden lograr muchas cosas. Sin los donantes nada de esto habría sido posible", finalizó.