La Archidiócesis de Milán y el Patriarcado de Venecia (Italia), han suspendido todas las Misas como medida para evitar la propagación del coronavirus, identificado como COVID-19, que desde finales de la semana pasada ha causado seis fallecidos y más de 200 infectados en el norte de Italia.
En el caso de Milán, la medida la ha adoptado el mismo Arzobispo, Mons- Mario Delpini, a partir de la ordenanza del presidente de la Región de Lombardía adoptada junto con el ministro italiano de Sanidad.
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Las celebraciones eucarísticas permanecerán suspendidas de forma indefinida hasta que se controle la epidemia del virus. No obstante, la Misa dominical se podrá seguir en video en el sitio web de la Archidiócesis y en diferentes canales de televisión.
El COVID-19, conocido también como Coronavirus de Wuhan, llegó a Italia a finales de la semana pasada con varios casos de contagio en las regiones de Lombardía y Véneto. Hasta ahora se han registrado seis muertes y más de 200 infectados.
El virus, que puede provocar enfermedades respiratorias como neumonía, se originó a finales de diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan.
La Archidiócesis ha comunicado que, aunque no se celebre la Misa, las iglesias se mantendrán abiertas, incluido el Duomo de Milán. Otra medida adoptada por la Archidiócesis para prevenir contagios es que a los funerales y matrimonios sólo podrán asistir los parientes más cercanos.
En la Diócesis de Turín tampoco se celebrará la Misa, al igual que otras celebraciones públicas, hasta el 29 de febrero, incluida la Misa del Miércoles de Ceniza, que se trasladará al 1 de marzo.
En el Patriarcado de Venecia la suspensión se mantendrá en vigor hasta el 1 de marzo. Según informó el Patriarcado por medio de un comunicado, se ha suspendido la celebración pública de la Misa, incluida la del Miércoles de Ceniza y de los domingos, así como la celebración de bautizos, primeras comuniones y confirmaciones. Además, la Basílica de San Marcos permanecerá cerrada.
En sustitución de la celebración de la Misa, el Patriarcado pide a los fieles que "dediquen un tiempo conveniente a la oración y a la meditación, si es necesario, también ayudándose con las celebraciones transmitidas en radio y televisión".
Asimismo, la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) pidió a los fieles católicos, por medio de un comunicado, "una plena colaboración con las autoridades competentes del Estado y de las regiones para contener el riesgo".
Al mismo tiempo, en el comunicado del CEI se afirma que la Iglesia en Italia renueva su "oración de cercanía a cuantos se han visto golpeados por el virus y sus familias", oración dirigida también "a los médicos y enfermeros de las estructuras sanitarias, llamados a hacer frente a esta emergencia en frontera".
Por último, se piden oraciones también "por los que tienen la responsabilidad de adoptar las medidas de precaución" necesarias para evitar la propagación del virus.
El comunicado finaliza insistiendo en el compromiso de la Iglesia para reducir "el desconcierto y el miedo que empujar a un cierre estéril: este es el tiempo en el que reencontrar motivos de realismo, de confianza y de esperanza, que permitan afrontar juntos esta difícil situación".